lunes, 13 de marzo de 2023

El Convento de Santa Paula (6): el Retablo Mayor de la iglesia.


La iglesia de Santa Paula es una templo de pequeñas dimensiones en el que destaca la belleza barroca del retablo mayor de la misma. El interior de la misma presenta la típica disposición sevillana de nave única cubierta por artesonado de madera de estilo mudéjar y fue construida a finales del siglo XV entre 1483 y 1489, a las puertas históricas de la finalización de la conquista de Granada por los Reyes Católicos y del descubrimiento de América por Colón. 

Su estructura, como hemos dicho, es de cajón con nave única, cabecera plana con contrafuertes en diagonal y coros altos y bajo a los pies. El presbiterio, por la parte central, se encuentra elevado respecto al resto del templo. 

En cuanto a la cubrición, la cabecera presenta bóvedas nervadas de tracería gótica decoradas con pinturas murales, mientras que la nave lo hace con un magnífico artesonado de Diego López de Arenas ejecutado en 1623, con lacería, tirantes y piñas de mocárabes, un artesonado que después veremos con mejor detalle al visitar la sala del Coro Alto del Museo conventual.

El retablo mayor de la iglesia fue levantado por José Fernando de Medinilla en 1730 y realizado en madera dorada. Esta pieza de gran valor sustituyó al antiguo retablo de Andrés Ocampo datado en 1592.

Del antiguo retablo de Ocampo se conserva la escultura principal, la de Santa Paula, además de las figuras de San Agustín y San Blas. Del autor del actual retablo son las obras de San José y San Antonio de Padua.

El retablo tiene tres calles y dos cuerpos que se articulan mediante estípites, disponiendo en el punto central más alto un relieve de San Jerónimo en el desierto. En la calle central, entre los dos cuerpos del retablo, existe una hornacina con una pequeña estatua de la Virgen.


Especial mención debemos hacer, dentro del retablo mayor, a la extraordinaria pieza del frontal del altar que está catalogado por la Junta de Andalucía como Patrimonio Mueble de Andalucía. Fechado entre 1770 y 1790, impregnado de la estética de la escuela sevillana y realizado en estilo rococó, este frontal de altar lamentablemente es, aún, de autoría ignota.

 
De proporciones rectangulares, presenta una banda exterior y un registro también rectangular ocupando la parte central. En éste aparecen tres cartelas, la central de mayor tamaño se encuentra rematada con capelo, siendo de perfil mixtilíneo. Las cartelas laterales están formadas por rocallas y tallos vegetales, además de motivos de "ces". todo el resto del cristal se recorre con motivos semejantes. El conjunto de la decoración aparece íntegramente dorado.

Sus medidas son de 3,40 metros de largo, 1,02 de alto y 12 centímetro de fondo. Se utilizó la madera, el vidrio y el pan de oro para su realización.















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