Los artistas mejor pagados de la época mudéjar eran los artesanos de la madera. Ellos eran unos expertos en utilizar las formas geométricas y creaban almizates, pechinas o piñas de mocárabes gracias al conocimiento de los elementos geométricos que adquirieron durante cientos de años.
Estos carpinteros eran capaces de construir las cubiertas de los edificios y de diseñar complejas decoraciones geométricas con pocos instrumentos, sólo el compás, la escuadra, el cartabón, la sierra y el banco del carpintero, sin planos ni maquetas.
Estas piezas que vemos arriba son taujeles con decoración de "Candelieri" realizadas en madera policromada. Los alfarjes (techumbres planas a base de vigas y alfangías o taujeles) de tradición mudéjar se decoran ya en pleno siglo XVI con técnicas y estilos renacentistas, complejos "candelieri" y roleos de inspiración italiana ocupan la superficie tanto de las vigas como de los taujeles (tablas que colocadas sobre las vigas conforman el tablero plano sobre el que descansa la solería del piso superior).
Estos taujeles pertenecen a un alfarje de la ampliación del Palacio de los Marqueses de la Algaba en 1540.
Estas pechinas están fabricadas en madera de pino ensamblada y agramilada y están fechadas a principios del siglo XVI.
Las pechinas mudéjares suelen consistir en triángulos planos, profusamente decorados, limitados por los cuadrales y el ángulo que forman las paredes de la sala. Su función es permitir pasar de una planta cuadrada a una ochavada en las armaduras.
Estas pechinas están decoradas con el tradicional lazo de 8, el más común en la decoración mudéjar.
Este fragmento de un paño de arrocabe está fechado en el siglo XIV y está fabricad en madera de pino policromada.
La tradición almohade de enriquecer las armaduras y alfarjes con decoración de tipo vegetal, geométrica y epitáfrica tallada, tuvo la continuidad en el periodo mudéjar.
Este friso de armadura estaba destinado a decorar y enmascarar los ensambles de unión entre la armadura y el muro. Con restos de policromía, se modulan con un patrón principal de arco polilobulado que integra un refinado juego de atauriques con roleos y en el centro una venera con flor de lis.
Este almizate proviene del desaparecido Palacio de los Marqueses de Gelves y está datado entre el siglo XV y el XVI.
Esta pieza es un ejemplo de la carpintería de lazo de 8 andaluza o lazo occidental que formaba parte de una armadura apeinazada, es decir, que la estructura y la decoración están unidas.
Realizadas con la técnica del desjarretado, ensamble a inglete, agramilado y claveteado, produce la lacería adaptándose a la forma de su estructura realizando composiciones decorativas y ocultando el ensamble entre las aspillas y los costadillos.
Estos canes en madera tallada provienen del Museo Arqueológico. fueron comunes en las construcciones del siglo XV y XVI. Vistos frontalmente parecen adoptar la forma de la quilla de un barco, están flanqueados por dos grandes flores de lis talladas y a ambos lados presentan también un nudo de tradición almohade.
Estas piñas de mocárabes provienen del desaparecido Palacio de los Marqueses de Gelves y estaban depositados en el Museo Arqueológico.