lunes, 3 de junio de 2024

El Niño Milagroso, cada primer domingo de mes.

 

Ayer fue el primer domingo de mes, en este caso del mes de junio. Y como es tradición, las Hermanas del Convento del Espíritu Santo muestran al Niño Milagroso, la figura religiosa de mayor devoción de todas las que se conservan en el convento y en la iglesia  y a la que se encomiendan los parroquianos y muchos otros sevillanos.


Una leyenda habla que fue llevada por un desconocido, quien un día arribó al trono monacal y pidió el favor a una monja que le guardase un paquete que llevaba consigo, que reclamaría luego. La hermana lo guardó sin cuestionar.

Los días pasaron, hasta completar un año, y el dueño del misterioso paquete nunca regresó. Las superioras del convento tomaron la decisión de no esperar más y descubrir que había en el interior de la caja.

Dentro se hallaba una hermosa imagen del Niño Jesús que llevaba en su mano izquierda una Cruz y en la derecha un silbato en forma de pez. Las monjas de inmediato lo acogieron en la comunidad, y le dieron por nombre «El Niño Esposo». Incluso le confeccionaron varias ropas, entre ellas una de fraile.


Pese a que la imagen permanecía en el convento, comenzó a ser conocida por los fieles, quienes empezaron a recibir múltiples gracias del Divino Niño. Tales eran sus milagros, que dejó de llamarse "Esposo", pasando a ser el "Niño Jesús Milagroso".

De Él recibió revelaciones la Madre Juana de la Cruz Lozano y Soria, quien era religiosa del Monasterio y mística. De acuerdo con las crónicas del convento, el Niño Jesús le pidió que se le colocase en su mano izquierda una campanita como símbolo de las llamadas interiores que Él hacía a las almas.

Llama la atención que el joyero, sin que las monjas le indicaran, grabó en la campana una rosa y una Cruz, tal como el Divino Infante lo había solicitado; y varios devotos han admitido haber escuchado el toque de la campana una vez se realizaba un milagro.

lunes, 20 de mayo de 2024

La Calle del Trasbolso.

 

La foto que vemos más abajo es de la calle Mariscal, conocida por ser la vía más estrecha del callejero de Sevilla. Nace en la Plaza de los Refinadores, donde de pared a pared alcanza sólo 101 centímetros de ancho, y viene a finalizar su recorrido en la Calle Doncellas y la Plaza de las Cruces.

La "Calle Mariscal Diego Caballero" se rotula en 1868 en honor del mariscal Diego Caballero, caballero veinticuatro sevillano que vivió en el barrio de Santa Cruz. Con esta denominación completa se rotuló oficialmente en 1935, pasando de nuevo a la rotulación abreviada actual en 1949, o sea, "Calle Mariscal". 

Anteriormente fue conocida como Calle del Trasbolso o Trasbolsa, al parecer por estar localizado en las proximidades el banco de Pedro de Morga que quebró ruidosamente en el siglo XVI. 

El plano de Olavide (1771) la denomina de la Nieve, y el de Sartorius (1848) la incluye en Cruces. Calle muy corta y "la más angosta que hay en Sevilla pues con dificultad caben por ella dos personas pareadas", al decir de González de León "se ensancha en la confluencia con Doncellas, probablemente como consecuencia del plan de alineaciones y ensanches de finales del siglo XIX y principios del XX".


Sólo tienen puerta a la calle tres casas por la línea de los números pares, presentando una de ellas un pequeño patio delantero probablemente como consecuencia de la actuación de los referidos planes de ensanche. La casa núm. 4 es de dos plantas y ático con vanos de medio punto; junto a ella hay un azulejo de la época de Olavide con el rótulo Trasbolso, el que vemos en la foto de arriba. El pavimento, sin aceras, es de losas de Tarifa y chino lavado.

domingo, 19 de mayo de 2024

El documento del mes de mayo (2024) del Archivo de Indias.




La Universidad de la Ciudad de los Reyes.

El Archivo General de Indias dedica el documento del mes de mayo a las Constituciones de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos en Lima, que se considera tras su creación, por Real Cédula el 12 de mayo de 1501, la más antigua de América y la única que funciona ininterrumpidamente desde el siglo XVI. 

Fray Tomás de San Martín fue quien gestionó la fundación de la Universidad consiguiendo que Carlos I firmase la Real Cédula que da origen a su fundación. La Universidad se inauguró el 2 de enero de 1503  por el bien y ennoblecimiento de aquella tierra, como reza la Real Cédula de fundación. 

El Archivo General de Indias custodia un expediente formado a la instancia de la Universidad de la ciudad de Lima, sobre gozar de las mismas preeminencias que la de Salamanca que acompaña las Constituciones. 



El germen de la Universidad se encontraba en los Estudios Generales del convento del Rosario de Lima, que estaba a cargo de los dominicos. Tras la fundación de la Universidad, esta pasa a denominarse Real Universidad de la Ciudad de los Reyes y se le otorgaron los privilegios que ostentaba la Universidad de Salamanca en España, aunque algo más limitados.

La Universidad de San Marcos de Lima contó en un primer momento con pocos recursos económicos, de hecho, los primeros maestros no recibían ninguna retribución por dar sus clases. Entre ellos se encontraban salmantinos con sobrada experiencia, como eran fray Antonio de Hervias o fray Bartolomé de Ledesma.

El Archivo General de Indias custodia un expediente de la Universidad de la ciudad de Lima sobre gozar de las mismas preeminencias que la de Salamanca que acompaña las Constituciones.


En las Constituciones de la Universidad se manda a fundar y dotar la universidad de letras de esta ciudad conforme a la de Salamanca y con los privilegios y libertades della y también se marcaban las pautas de funcionamiento de esta y de sus empleados.

Al mismo tiempo se creaban los símbolos de la propia Universidad, como el Arca de Universidad con tres llaves, es decir el Archivo de la Universidad, así las Constituciones recogían, "aya un arca que llamen el arca de la universidad, que tenga tres llaves, la una tenga el rretor, y las otras dos los dos consiliarios mas antiguos, en la qual se echaran los derechos que le pertenescieren conforme a la constitución que desto habla. Para que se disponga dellos como al claustro le paresciese y no de otra manera y el sello y que tenga la universidad sello pendiente para que vayan sellados los títulos de los Graduados, las quales serán en un escudo, la mitad del escudo las armas de santo domingo, que es nuestra señora del rosario y la otra mitad del escudo una mar y una estrella encima y una lima abaxo".

Las Constituciones también recogían los requisitos que se pedían a los estudiantes para conseguir su título, diferenciando si estos eran bachilleres o licenciados. Estos grados, podían ser de teología, cánones, leyes, medicina y artes. Las Constituciones también trataban como era el examen final que tenía que pasar el alumno, donde el padrino tenía que plantearle una cuestión al alumno y éste debía responder delante de los demás brevemente.

En definitiva, las Constituciones reflejaban los derechos que tenían los estudiantes, cuestiones relativas del día a día y al buen funcionamiento de la Universidad, siendo el prototipo de las treinta universidades que fundaron los españoles.

miércoles, 24 de abril de 2024

Quoniam pater meus et mater mea...

 



En la calle Cuna, sobre la fachada del establecimiento Galerías Madrid, nos encontramos con este mármol que recuerda a unos de los establecimientos más conocidos de la historia oscura de nuestra ciudad: el "Hospicio para recogidos de Niños Expósitos".

El hospicio se encontraba entre los números 13 y 17 de la antigua calle Arqueros, en 1248, o calle Carpinteros o Carpintería, en 1384. Allí era donde se recogían a los huérfanos de Sevilla o “niños incómodos” por ser fruto de una relación prohibida. Era la “Casa Cuna” de Sevilla, el antiguo “Hospicio para Recogidos de Niños Expósitos” con la advocación de San José y fundada en el año 1558 por el arzobispo Fernando Valdés. Fue en el año 1627 cuando se trasladó a este punto de Sevilla en la hoy calle Cuna, que recibe su nombre del citado hospicio.

Nada más entrar una leyenda daba la “bienvenida”: 

“Porque mi padre y mi madre
me desampararon, 
el Señor me recogió”.

En torno a este edificio encontramos en el “Manual para viajeros por Andalucía”, de Richard Ford, de 1830, una referencia muy tenebrosa, sobrecogedora:

"La cuna de Sevilla fue fundada por el clero de la Catedral y la administran doce directores, seis civiles, y seis canónigos, pocos lo frecuentan o le prestan ayuda, excepto aportando residentes... Un postigo, el torno, está practicado en la pared, y se abre con solo tocarlo, para recibir a los inocentes hijos del pecado; y una vigilante vela la noche entera para coger a los abandonados por padres que ocultan su culpa en la oscuridad... Algunos de los recién nacidos están ya moribundos y los traen aquí para evitarse el gasto del funeral, otros están casi desnudos, mientras que algunos aparecen bien provistos de ropas y cosas necesarias. Estos últimos son retoños de las clases altas y el motivo es ocultarlos temporalmente. En estos casos van también con ellos las cartas más emocionantes, pidiendo a los encargados que tengan más cuidado del normal con un niño que, sin duda, será reclamado en su día...

Todos los detalles correspondientes a cada niño expósito se apuntan en un libro, triste registro del delito y del remordimiento humano. Los niños que luego son reclamados pagan dos reales por cada día que el hospital les ha mantenido...

A menos que vaya un nombre con el niño, éste es bautizado con el que le da la directora y que suele ser el del santo del día de su llegada. El número de esos niños es muy grande y aumenta rápidamente con la creciente pobreza, mientras que el dinero destinado a sustentarles disminuye por la misma razón...”


El edificio constaba de dos patios y varias salas de uso común, así como de múltiples habitaciones destinadas a los niños y niñas acogidos. Acogió a cientos de niños y niñas que habían sido abandonados por sus padres o que se encontraban en situación de desamparo. Los pequeños eran cuidados por religiosas y por personal contratado por la institución, que se encargaba de su educación y formación.

Con posterioridad el edificio cesó en sus funciones en este emplazamiento y cedió su lugar a la “Casa Cuna” junto al Parque Miraflores, hoy sede de la Fundación San Telmo, edificio de 1914 de Antonio Gómez Millán de estilo regionalista con ladrillos y azulejos. 

domingo, 7 de abril de 2024

El documento de mes de abril (2024) del Archivo de Indias.

 


El Ministerio de Cultura está digitalizando 305 legajos de la Audiencia de Filipinas gracias al convenio de mecenazgo con la empresa GREYSTONES S.L.U. La digitalización de esta documentación ha requerido laboriosos trabajos previos para garantizar que esté organizada, descrita y restaurada.

Gracias a esto, pronto estarán disponibles en el Portal de Archivos Españoles más de 300.000 imágenes de expedientes de gran interés para estudiar la política, economía, sociedad y cultura de la Filipinas de los siglos XVI, XVII y XVIIII.

Un buen ejemplo es el actual documento del mes sobre la creación de un Teatro Cómico en la ciudad de Manila en 1778. Un vecino de esta ciudad, Agustín Cabrera, se comprometió a asumir todos los gastos necesarios para establecer un teatro en su ciudad.

La iniciativa de crear un teatro en Manila partió de un particular, Agustín Cabrera quien, consciente de las pocas distracciones que la ciudad ofrecía por aquel entonces, se presentó como adalid de la diversión y distracción. Se ofreció a asumir los gastos que tal iniciativa implicaba (desde la construcción del teatro, hasta la formación y mantenimiento de una compañía teatral), a cambio de recibir sus beneficios durante un periodo de seis años.

Decidido el señor Cabrera, mandó su petición al gobernador de Manila, acompañándola de un esquema con la distribución de los distintos espacios del teatro: el reservado para el gobernador y los oidores de la Audiencia ocupaba un lugar privilegiado; muy cerca, los señores de la ciudad; las mujeres tenían su propio espacio diferenciado; y también quedaban algunas gradas de alquiler.

Mucho se debatió en la Real Audiencia sobre este asunto pues había que valorar factores diversos como la ubicación del teatro o los materiales para la construcción, demostrando gran preocupación por la seguridad pública; qué días habría representaciones, qué precio tendrían las entradas... sin dejar nada al azar o a la improvisación.

Por suerte para los vecinos de Manila en el siglo XVIII, las autoridades españolas estimaron, finalmente, que el establecimiento de un teatro era «preciso para el desahogo; necesario para el destierro de la ociosidad, y vicios consecutivos; y conveniente para el exterminio de diversos abusos de la mencionada capital».

El fiscal de la Audiencia de Manila llegó a decir «es indispensable entretener los ánimos ya cargados u ociosos y conviene en las repúblicas numerosas, especialmente en Manila, en la que todo es ocio, buscar ejercicios y empleos y que diviertan los entendimientos inquietos.

No puede extrañar, descrito este panorama, que, un año después de su establecimiento, en octubre de 1779, se diga lo siguiente: «el desempeño de la expresada diversión había salido mejor de lo que podía esperarse de la poca instrucción para el caso de aquellas gentes, en lo que se conocía que el asentista director había tomado el proyecto con inteligencia y aplicación y que al paso que iba se vería dentro de poco tiempo establecido un teatro sobresaliente».

Tan escasos eran los entretenimientos en aquella época que no podemos sorprendernos de que, solo un año después, en 1779, el teatro de Manila fuese todo un éxito.



miércoles, 13 de marzo de 2024

Azulejo dedicado al saetero Pepe Valencia.



Ahora que se acerca la Semana Santa vamos a presentar un azulejo que podemos ver en la Calle Cuna y que se dedicó a un saetero con especial devoción a la Virgen de las Angustias de la Hermandad de los Gitanos, se trata de José García González cuyo nombre artístico era Pepe Valencia. El azulejo dice así:

LA HERMANDAD DE LOS GITANOS
A LA MEMORIA DE SU HERMANO
JOSE GARCIA GONZALEZ
POR SU GRAN CARIÑO Y DEVOCIÓN
A NUESTRAS SAGRADAS IMAGENES

¡ANGUSTIAS!
DEL CIELO TU ERES LA ESENCIA
NO TE PARECES A NINGUNA
ME LLAMO "PEPE VALENCIA"
TE CANTO EN LA CALLE CUNA
REZANDO Y EN PENITENCIA

SEVILLA. AÑO MARIANO
MCMLXXXVIII.

A un lado tenemos el escudo de la Hermandad, al otro la imagen de Pepe Valencia. Debajo de su imagen podemos leer unos versos de una saeta del propio artista que dedicó a la Virgen titular. El azulejo se colocó e inauguró con motivo del traslado de la virgen a la Catedral para su coronación en 1988.

domingo, 10 de marzo de 2024

El documento del mes de marzo (2024) del Archivo de Indias.

 


El Archivo General de Indias destaca este mes la historia de dos mujeres que se dedicaron al comercio en la ciudad de Sevilla entre los siglos XVI y XVII. La ciudad se convirtió en la puerta de Indias a principios del siglo XVI. Como punto de unión entre dos mundos y lugar estratégico, en Sevilla se concentraron importantes figuras relacionadas con las artes y la literatura. 

Existieron mujeres con un papel protagonista en los envíos al nuevo mundo que, comúnmente, han sido obviadas en los estudios generales sobre comercio. 

Solían estar limitadas al espacio doméstico y aprender el oficio en el propio hogar. Gracias a la documentación conservada el Archivo General de Indias se sabe que muchas ejercieron el papel principal al frente del negocio. Destacan dos mujeres ligadas al comercio con América, concretamente al ámbito de la imprenta y la comercialización de libros. 

La primera es Brigida Maldonado, viuda del impresor Juan Cromberger, de origen alemán. Cromberger fue dueño de la imprenta más importante de Sevilla. A su muerte, hacia 1540, su viuda se hizo cargo del negocio y de sus nueve hijos. Entre los años 1540-1545 gestionó la imprenta, al ser el mayor de sus hijos aún demasiado joven. 

Demostró un amplio dominio del oficio y continuó el buen ritmo de producción del taller, imprimiendo textos espirituales o relacionados con la Reforma protestante. Sin embargo, fueron impresos con el colofón de su marido. Probablemente, con ello buscó mantener el prestigio del negocio. Constan únicamente un par de ejemplares en los que los colofones aluden a la desdichada viuda o a la triste Brígida Maldonado.

La segunda es Ana Vernegali, o Bernegal, quien a inicios del siglo XVII participó en el comercio transoceánico. Enviaba libros, pero también pinturas, estampas o dibujos. Vernegali aparece en la documentación' como cargadora, en documentos fechados entre 1603-1607. 

Se desconoce si su marido, un reconocido comerciante milanés afincado en Sevilla, Juan Francisco Fontana, murió o estuvo incapacitado. Ana gestionó el negocio familiar actuando como cargadora durante cuatro años ante a la Casa de la Contratación. 

Además, fue dueña de medio navío. Un estudio futuro podrá descifrar si existió un nexo entre Vernegali y Lope de Vega. El escritor dedicó a Doña Ángela Vernegali la Segunda parte de las Rimas, publicadas en 1604 en Sevilla. Curiosamente en este momento ambos se encontraban en la misma ciudad. Quizá Lope agradeció así a Vernegali los cuidados recibidos cuando estuvo enfermo entre 1602-1603. 

Estos dos casos sirven para ejemplificar el silenciado, y no por ello inactivo, papel de la mujer en etapas pasadas en el ámbito social, cultural y comercial.