Tras su traslado a la iglesia del Buen Suceso, ocupa el cuerpo central de un retablo de estípites labrado en torno a 1730 por José F. de Medinilla, con la pintura en el ático de "La Presentación de la Virgen", realizada por Domingo Martínez.
¿Acaso mentía el gran Silvio Fernández cuando decía que "Sevilla no tiene que demostrar que es la ciudad más bonita del mundo, que lo demuestre la segunda"? Así es Sevilla, ciudad que enamora por sus rincones únicos, piedras antiguas y cantes hondos que se mezclan entre palacios reales y oscuras alamedas, que se mecen sobre las aguas plateadas del Guadalquivir y acuna a un cielo tan luminoso que merece escribirle los versos más bellos del mundo.
Tras su traslado a la iglesia del Buen Suceso, ocupa el cuerpo central de un retablo de estípites labrado en torno a 1730 por José F. de Medinilla, con la pintura en el ático de "La Presentación de la Virgen", realizada por Domingo Martínez.
A los pies del templo y sobre el muro del Evangelio, podemos ver el retablo del Cristo del Desamparo que realizó en 1733 José Fernando de Medinilla a petición, como todos los demás de don José de Villar.
El crucificado mide 1,51 metros y fue realizado en 1945 por Rafael Barbero Medina. Es una obra moderna realizada en sustitución del crucificado de Francisco Ruiz Gijón durante los lamentables sucesos de 1931.
Junto al Cristo del Buen suceso se encuentran las tallas de San Juan Evangelista y Santa María Magdalena realizadas por Bartolomé García de Santiago en 1733.
En el centro del retablo Mayor de la iglesia del Buen Suceso se encuentra el camarín de la Virgen del Carmen. La Virgen del Carmen es una obra moderna de Rafael Barbero que sustituye a la anterior de Duque Cornejo que fue destruida por las turbas anticlericales en 1931.
Anteriormente a la colocación de la Virgen del Carmen en este retablo Mayor, la imagen que lo presidía era la virgen del Buen Suceso de la que se desconoce su paradero actual.
Sin duda el elemento más llamativo y de mayor valor de toda la iglesia del Buen Suceso es el retablo Mayor, una obra auspiciada y patrocinada por don José de Villar y encargada a José Fernando de Medinilla. Es una pieza única en Sevilla. Se trata del único "árbol de Jesé" que tenemos en un retablo mayor en nuestra ciudad.
El retablo Mayor tiene una calle central dividida en dos partes, una inferior donde se encuentra el camarín de la Virgen del Carmen; y otra superior donde se encuentra la hornacina del profeta Elías.
Esta calle central está rodeada por una estructura con forma de arco triunfal que exalta a la Congregación hospitalaria de los Hermanos Obregones. En el ático podemos ver tres lienzos: el primero ilustra el descubrimiento de la imagen de la Virgen que hicieron dos enfermeros Obregones en una cueva de Tortosa mientras peregrinaban a Roma; el segundo representa la bendición de la imagen por el Papa Paulo V como Virgen del Buen Suceso; y el tercero es la entonación de la Virgen del Buen Suceso en el Hospital de Madrid.
Las restantes pinturas aluden a los antepasados carnales del Redentor, formando un árbol genealógico que culmina en la concepción virginal de María. Todo este conjunto se atribuye al pintor Domingo Martínez, que debió realizarlo con anterioridad al 8 de septiembre de 1730 en cuya festividad mariana se inauguró la iglesia con la presencia del rey Felipe V.
La fachada dispone de tres hornacinas, siendo la del centro de mayor tamaño para recoger la imagen de barro cocido de la Virgen del Carmen. A ambos lados existen sendas hornacinas más pequeñas para recoger las representaciones de San José con el Niño y el Profeta Elías. Fueron realizadas por Darío Fernández.
Junto a la fachada de la iglesia podemos ver un retablo cerámico dedicado a la Virgen del Carmen.
La estrechez de la Calle Vida no ayuda a que las personas que pasan junto a la casa del número 6 se den cuenta de la existencia de esta pequeña hornacina que se encuentra en su fachada a una altura aproximada de unos dos metros.
Si estamos atentos podemos verla casi en la confluencia de la citada calle con la calle Judería. La imagen de la Virgen con el Niño es de pequeño tamaño y está sobre un pedestal donde se representa a la cruz de Jerusalén o cruz de las cruzadas.
Un pequeño cerrojo fácil de abrir completa la reja que la proteja.