En el número 9 de la Calle Lineros hay un establecimiento con un sabor muy particular. El "Bar El Comercio" nació en 1904 y, desde entonces, su fisonomía interior ha cambiado muy poco.
Generación tras generación, ha sido regentado por la misma familia, como bar, restaurante, comercio y hostal. En la actualidad, cruzar las puertas de Bar El Comercio, es trasladarse en el tiempo, observando cómo se conserva todo de igual forma que cuando se inauguró, a comienzos del siglo pasado: las vitrinas que cuelgan de sus paredes, los azulejos que adornan su mostrador, sus mesas...es remontarse a una época dorada de nuestra ciudad con tan sólo traspasar su puerta.
Y tiene fama, bien merecida, sin duda, de ofrecer los mejores churros de Sevilla.
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In 9, Lineros Street, there is an establishment with a very particular flavor. The "Bar The Trade" was born in 1904 and, since then, his interior physiognomy has changed very little.
Generation after generation, it has been managed by the same family, as bar, restaurant, trade and hotel. At present, to cross the doors of Bar The Trade, it is to move us in the time, observing how everything remains of equal form that when it was inaugurated, at the beginning of last century: the showcases that hang of the walls, the blue rollers that adorn the counter, the old tables ... it is to go back to a golden epoch of our city in spite of just penetrating the door.
And it has reputation, well-deserved well, undoubtedly, of offering the best light doughnut rings in Seville.