Allá por los años cincuenta del siglo pasado, Don Alfonso Jaramillo, a la sazón Concejal (1955-1961) del Ayuntamiento de Sevilla durante los mandatos del Marqués de Contadero (3 años) y de Don MAriano Pérez de Ayala (otros 3 años), decidió colocar en el parque de Bomberos de San Bernardo unos azulejos que identificaran el edificio.
Don Alfonso Jaramillo que, en su juventud, había trabajado para la familia Mensaque en sus fábricas de cerámicas, propuso identificar de esta manera a este edificio que era el único de España que se había construido con el propósito de ser, específicamente, un parque de bomberos.
También colocó un retablo cerámico de San Juan de Dios que es el patrón de los bomberos.
Los azulejos se hicieron en el taller de Pedro Navia, entonces gestionada por Antonio Vadillo Plata y siendo su ejecutor el ceramista Pedro Salas.