jueves, 25 de junio de 2015

Las antiguas Noches del Baratillo.




En la calle Galera, esquina con López de Arenas hay un establecimiento cuyo nombre comercial es "Amor a la mejicana". Sobre la fachada de dicho edificio podemos ver una placa de mármol negro donde se recuerda la existencia, allí mismo, de un almacén de hierro que llevaba el nombre de Florencio Quintero y que, en este lugar, se creó la institución literaria "Noches del Baratillo".


La Institución Literaria Noches del Baratillo fue fundada en 1950. Es la fecha que aparece en el escudo fundacional, y se toma como referencia, pero parece que ya funcionaba como tertulia literaria varios años antes.

Florencio Quintero fue creador, allá por la década de los cincuenta, de la popular tertulia poética Noches del Baratillo, de cuya creación fui entusiasta cooperador y compañero fiel en aquella tarea de iniciación en las lides poéticas de cuantos sentían esa inquietud espiritual y romántica. 

Y así fue, en el local del almacén de hierros y chatarra (que regentaba su hermano Manuel) de la calle López Azme, donde nos reuníamos en noches de inocente bohemia, en principio, Florencio Quintero y Manuel Barrios Masero.


viernes, 19 de junio de 2015

"Más quemao de la pipa de un indio".




Hace un tiempo, un amigo de este blog me envió una foto con la el indio que vemos en la fotografía. Este relieve indígena está sobre la jamba derecha de la puerta del Rectorado (antigua Fábrica de Tabacos de Sevilla) y da pie al comentario que me hizo en aquel momento.
Me preguntaba Francesco Rossini, que ese es el nombre de nuestro amigo, que si esta imagen tiene que ver algo con el famoso dicho popular andaluz "más quemado que la pipa de un indio".
No lo sé pero seguro que algún ávido lector podría sacarnos de dudas. Se lo agradeceríamos todos.

jueves, 18 de junio de 2015

La Puerta del Rectorado y el tabaco de las Indias.




Como decimos ayer, la puerta del Rectorado era la puerta principal de la antigua fábrica de Tabacos de Sevilla. Ésta es un de las razones por la que en las jambas de dicha puerta podemos ver motivos decorativos relacionados con esta actividad.


Por supuesto que se representan a los indios, grandes cultivadores de esta planta americana, pero también hay que hacer mención a una representación de los molinos de tabaco. La fidelidad de la reproducción permite apreciar hasta los engranajes.

Los molinos eran necesarios porque hasta el siglo XIX el tabaco se consumió en forma de polvo, el rapé de las novelas. La Real Fábrica de Sevilla llegó a tener 170 molinos movidos por 200 caballos.













miércoles, 17 de junio de 2015

La Puerta del Rectorado y los descubridores.




La Real Fábrica de Tabacos de Sevilla es uno de los edificios industriales más importantes de España, quizá el más espectacular.

Hoy ha sido reconvertido en Universidad y Rectorado, y por ello algunas de sus portadas han sido modificadas. La más majestuosa de todas, la que da a la calle San Fernando, ha sido respetada y conserva la fachada original de 1757 de Sebastián Van der Borcht.


La puerta está repleta de simbolismo, todos ellos relacionados con América. Sin embargo hay que diferenciar los motivos esculpidos, por un lado en el arco de mediopunto, y por otro de los realizados en ambas jambas, de éstos últimos hablaremos mañana.

En el centro del arco vemos al gran león hispano bajo cuyas garras podemos leer el texto "Fábrica Real de tabacos" dando a entender que dicho edificio y la actividad desarrollada en él con el tabaco dependía directamente de la Corona.

Tanto a izquierda como derecha del arco vemos unas naos en honor a los duros viajes a través del mar de nuestros descubridores; unos cañones, arcos y flechas en honor de nuestros conquistadores; y dos imágenes muy relevantes: a la izquierda, Crístobal Colón como exponente máximo de los descubridores y, a la derecha, a Hernán Cortés, como figura principal de nuestros conquistadores.


martes, 16 de junio de 2015

El Pasaje de Juan Garrido Mesa.




El pasaje que conecta la Plaza del Salvador con el patio de la antigua mezquita lleva el nombre de D. Juan Garrido Mesa, y no pudo tener otro mejor.

D. Juan Garrido Mesa nació en Sevilla el 7 de agosto de 1931. De vocación temprana, con sólo 23 años fue ordenado sacerdote en Sevilla el 18 de diciembre de 1954, celebrando en el año 2004 sus bodas de oro sacerdotales.

Desempeñó multitud de responsabilidades ejerciendo su ministerio, caso de Canónigo del Cabildo Catedral de Sevilla, institución de la que fue además secretario, así como uno de los impulsores de la Institución Colombina encargada de recoger el legado bibliográfico y documental de la Catedral. Por este motivo, entre otros, la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía le concedió en 2005 el Premio Andrés de Vandelvira.

Igualmente fue patrono de la Fundación Forja XXI, en la cual realizó una gran labor de formación y fomento para los colectivos más desfavorecidos, creándose la escuela taller que restauró parte de la catedral.

Se doctoró en Derecho Canónico por la Universidad de Comillas y era licenciado en Derecho Civil por la Universidad de Sevilla. Era igualmente Profesor emérito del Centro de Estudios Teológicos de Sevilla.

Su legado quizás más importante, fue su implicación en la restauración de la Colegial del Salvador, la cual dirigió como delegado episcopal y cuya consagración tras las obras no pudo contemplar, al fallecer el 19 de mayo de 2007 a las 75 años de edad.


lunes, 15 de junio de 2015

El Pasaje González de Quijano.




Junto a la Alameda de Hércules se construyó en el año 1879 el poco conocido Pasaje de González de Quijano. En el citado año se creó el pasaje y se edificaron algunos edificios sobre unos terrenos desamortizados al entonces Convento de Belén situado en este lugar.

El Pasaje significó en su momento un signo de modernidad de la ciudad, por lo que ya tiene cierto aire de reliquia que nos ayuda a entender cómo ha de funcionar una ciudad en un momento histórico determinado.
Actualmente es un pasaje tranquilo, silencioso y con tránsito preponderantemente peatonal.