viernes, 8 de julio de 2022

En recuerdo de Francisco Rodríguez Ledesma.

 


Sobre la valla que delimita el edificio que se encuentra en la esquina de la calle Diamantino García Acosta y la avenida de Hytasa se encuentran tres placas, dos de ellas oficiales (Junta de Andalucía y Ayuntamiento de Sevilla) y una tercera sufragada por los vecinos del barrio de El Cerro del Águila.

La figura de Francisco Rodríguez Ledesma está íntimamente ligada a la época de Transición española de los primeros años de la democracia. Su muerte quedó como un hito histórico en esta ciudad. Veamos qué ocurrió.


Francisco Rodríguez Ledesma, de 56 años, albañil, afiliado a CC. OO, vivía junto a sus padres y 7 hermanos. Hacia las 10 de la noche del 8 de julio de 1977, participaba junto a vecinos del barrio El Cerro del Águila en una concentración de trabajadores de la empresa textil Hytasa, que desde hacía más de 15 días se concentraban a las puertas de la factoría, para denunciar el expediente de crisis que amenazaba la pérdida de 2.000 puestos de trabajo.

Contrariamente a lo ocurrido en días anteriores de huelga y manifestaciones, en esta ocasión la fuerza pública no dio tiempo a los manifestantes para disolverse, disparando pelotas de goma y bombas de humo. En medio de la confusión, un hombre alto, con gafas, de 45 a 50 años y vestido con una camisa cubana, bajó de un Seat 1500 de color crema, y apoyándose en el brazo izquierdo efectuó 5 disparos contra los concentrados, uno de los cuales alcanzó por detrás a Francisco Rodríguez.


El coche, ocupado por 3 personas, se situó a continuación junto a los autocares de la Policía Armada, que prosiguió dispersando a los manifestantes. La fuerza pública permaneció en el lugar de los incidentes hasta las 2 de la madrugada. 

El herido fue trasladado en un automóvil particular a la residencia sanitaria García Morato. La bala le penetró por la espalda, alojándose en el abdomen y provocándole estallido del bazo, perforación del colon y hemorragia en el polo superior del riñón izquierdo. Francisco finalmente murió el 4 de enero de 1978, tras 5 operaciones y un prolongado ingreso en el hospital Virgen del Rocío.


Los trabajadores de la empresa, tras los tristes sucesos, se concentraron en señal de protesta, protagonizando una silenciosa marcha hasta donde el día antes cayera su compañero. El Gobierno Civil de Sevilla difundió una nota contra los trabajadores. 

La publicación de esta nota provocó una auténtica indignación popular y durante los días siguientes, asambleas obreras, centrales sindicales y partidos políticos pidieron la destitución del gobernador y el esclarecimiento de los hechos, especialmente esos «tiros al aire» tan propios de la policía político-social.

El asesino de Francisco nunca fue identificado.