En la hermosa y coqueta capilla de La Carretería, que tuvo su origen allá por el siglo XVI gracias al gremio de los toneleros, pudimos acompañar durante un momento al Santísimo Cristo de la Salud (en este caso sin los dos ladrones que acostumbran a unirse a él en el paso del viernes santo). Junto a él se encontraba Nuestra Señora del Mayor Dolor en su Soledad y San Juan Evangelista.