A los pies del templo encontramos esta relación de donantes del antiguo hospital, presidida por una imagen de María Auxiliadora. |
La historia del Hospital de la Misericordia y su posterior iglesia es amplia y está documentada en el estudio "La iglesia nueva del Hospital de la Misericordia. Un proyecto de Antonio Maeda con importantes colaboraciones (1595-1606)", de Antonio J. Albardonero Freire. Esto nos dice:
La fundación de la asociación que generó el Hospital de la Misericordia tuvo lugar en el mes de mayo de 1476, a instancias de Antón Ruiz, capellán de don Pedro Enríquez Adelantado Mayor de Andalucía, con la intención de velar por los pobres y en especial por las huérfanas doncellas.
En los momentos fundacionales contó con la asistencia de su confesor Juan Rodríguez de la Torre, notario apostólico y párroco de Omnium Sanctórum, y para financiar sus actividades solicitaron al provisor del arzobispado don Pedro Solís licencia para pedir limosnas, otorgándole primero permiso para hacerlo en las parroquias de Santa Marina, Omnium Sanctórum y San Gil, pero era tan poco lo recaudado que solicitaron y consiguieron les ampliara la licencia al resto de la ciudad. Con el aumento de las cuestaciones los fundadores pensaron en constituirse en hermandad, y pronto lo hicieron siguiendo las reglas concebidas por el franciscano maestro fray Andrés las cuales fueron aprobadas por el provisor del arzobispado don Pedro Solís.
En los primeros años los hermanos se reunían en una casa pequeña del barrio de Santa Marina que el propio Antón Ruiz había cedido. La sede definitiva tuvo su origen el 17 de octubre de 1482 cuando Ana Fernández donó al padre mayor Antón García Chapinero su "casa palacio, fuente e noria" para que sirviera de sede a la Hermandad; la escritura de donación a la hermandad se realizó ante el escribano Bartolomé Sánchez Porras. A este primitivo edificio la Hermandad unió por compra los solares con los que lindaba, el del antiguo Hospital de los Angeles y el de la Concepción, tras la reducción hospitalaria decretada en 1587 por el cardenal Rodrigo de Castro.
El último de ellos era del Hospital del Amor de Dios y fue el destinado a edificar la nueva iglesia a partir de 1595.
El Hospital de la Misericordia del siglo XVI anterior a la ampliación del solar, con los hospitales vecinos, lo conocemos por un informe realizado por Alonso de Tescareño y Julio Felipe alarifes, en 1585. Sabemos que con la renovación de los edificios comenzada a principios del año 1564, se convirtió en una casa grande ordenada entorno a dos patios. En el primero estaba la capilla y algunos otros altares en las galerías y en la planta alta de este patio había almacenes para guardar lana, lienzos, y manufacturas de metales y madera destinados a donarlos como ajuares después de ser expuestos en la catedral de Sevilla el Jueves y Viernes Santo de cada año. La capilla era de una sola nave con sacristía y estaba situada en el primer patio, en el lugar que está detrás del actual retablo mayor. En el segundo patio estaba la sala de cabildo y en la parte superior el granero. Completaba el hospital la vivienda y patinillo del casero donde se hizo un pozo en 1567. En total, en el informe que estamos siguiendo de 1585 los alarifes declaran que la finca medía cuarenta y dos varas (33.5 m) de largo y treinta varas (25 m) de ancho.
La cofradía sabemos que se componía de cuarenta hermanos legos y diez clérigos, y el acceso a la misma estaba restringido a los hijos o parientes allegados de los que ocupaban una plaza o "vela" como se denominaba entre los cofrades. Fruto de esta peculiar forma de ingreso endogámico en la Hermandad las sagas familiares nobles perduraron en la casa durante siglos, como los Jacome, Ponce de León, Tello de Guzmán, etc. Por su condición social los hermanos estaban asimismo vinculados con cargos eclesiásticos y administrativos, pertenecientes a instituciones relevantes y ordenes militares.
La actividad primordial a la que estuvo ligada esta hermandad fue administrar los bienes de su patrimonio y con las rentas que obtenían dotar doncellas pobres para el matrimonio; a finales del siglo XVII Ortiz de Zúñiga dejó escrito que el total de las rentas que repartían entre los necesitados eran de setenta mil ducados al año, con los que también financiaban otras actividades menores como fue el rescate de cautivos, ejecutaban últimas voluntades que se le encomendaban en las herencias, financiaban entierros y asumían la administración de capellanías o el reparto de limosnas. A causa de estas actividades la Hermandad generó una riquísima documentación administrativa y con información social que todavía no ha sido plenamente estudiada. Los cargos de gobierno de la hermandad eran elegidos cada año y entre ellos los dos más relevantes era el de padre mayor y mayordomo. Este último gestionaba el volumen importante de propiedades y respondía de las cuentas anuales ante los hermanos y cada dos años ante el visitador general del arzobispado. El padre mayor representaba la casa y presidía los cabildos que tenían un papel decisivo en la actividad benefactora del hospital de la Misericordia. Desde 1686 la casa de la Misericordia tuvo a su cargo el patronato y administración del hospital del Cristo de los Dolores, conocido como del Pozo Santo destinado a mujeres impedidas e incurables. Desde 1836 pasó a depender de la Junta Municipal de Beneficencia, hasta ese año llegó con unos recursos mermados y con un número reducido de hermanos a causa de las exigentes reglas que tenían que cumplir.
Además de organizarse como hermandad y buscar financiación para dotar los medios suficientes con los que realizar sus fines, también tuvieron la necesidad de crear un emblema de identidad para sus posesiones, sobre este particular nos ha llegado un interesante acta que recoge el acuerdo para la creación del símbolo de la hermandad
"Este cabildo propuso el señor padre mayor y otros cofrades que seria cosa conveniente que las casas que este ospital tiene en esta çiudad se sañalasen poniendo en cada una un azulejo con la ynsignia que fuese neszesario para que se conosciesen y tubiesen noticia dellas las pudiesen hallar sin dificultad los mayordomos y los demas hermanos... acordaron de conformidad de todos que se pongan las dichas señales y el orden que en ello a de aver y la traça de la señal que se a de poner se rremitio a la comision de hazienda y lo que alli se acordare se execute", esta noticia es prueba de que hasta entonces la asociación no contaba con un símbolo propio, y muy probablemente entonces se creo el emblema que hoy se puede reconocer en algunos de los dados, que a modo de cimacio, están sobre las columnas del patio del hospital, es una cruz de tosco madero acompañado de otros símbolos de la pasión: el hisopo y la lanza.
Una versión simplificada de este emblema se ve en los retablos, atribuidos a Bernardo Simón de Pineda, de la Virgen de la Alegría (antigua de la Misericordia) y de Santa Bárbara situados en el frente de las naves laterales de la iglesia donde podemos ver el escudo de la tosca cruz sobre fondo marrón, situado encima de la hornacina principal de cada uno de ellos.
El hospital de la Misericordia pese a ocupar la casa cedida por Ana Fernández en 1482, no fue reconstruido hasta el siglo siguiente completamente. Las primeras obras para reformar la casa comenzaron el 28 de febrero de 1564 prolongándose tres años, la actividad constructiva generó unos abundante apuntes contables. Entonces se construyó entre otras estancias el cabildo nuevo.
Hasta tres décadas después de comenzar la renovación del edifico la Hermandad de la Misericordia no decidió construir una nueva iglesia para sustituir la antigua capilla que radicaba en el primer patio, en la que se veneraba como en la iglesia actual la Virgen de la Misericordia y a Santa Bárbara. El minucioso registro de los acuerdos y la contabilidad seguida en el hospital nos permite conocer todo el proceso constructivo desde el principio, pues nos consta la compra de un solar contiguo que había sido hospital de la Concepción y Sangre de Cristo hasta 1587, ya clausurado durante la reducción hospitalaria decretada por el cardenal don Rodrigo de Castro.
Las noticias de la edificación de la nueva iglesia son muy abundantes, documentan la práctica totalidad del proceso, y terminan con referencias a la ceremonia inaugural, tal como se puede leer en las actas de los acuerdos tomados para organizar los actos de la consagración del altar y traslación del Santísimo a la nueva iglesia. Con este motivo cursaron invitación al arzobispo Cardenal don Fernando Niño de Guevara para que presidiera la consagración del edificio el día de la fiesta de Todos los Santos del año 1606.
Bibliografía: "La iglesia nueva del Hospital de la Misericordia. Un proyecto de Antonio Maeda con importantes colaboraciones (1595-1606)", de Antonio J. Albardonero Freire.