En la Plaza Nueva, junto al Edificio Telefónica, hay una pequeña capilla poco conocida por el público sevillano en general. La sencillez de su fachada pasa desapercibida embutida entre las de los edificios que conforman la Plaza Nueva tras la urbanización de la plaza de 1848.
Se trata de la pequeña y tranquila Capilla de las Ánimas de San Onofre.
Esta pequeña capilla, excelente ejemplar de la arquitectura barroca, constituye junto con el arco del Ayuntamiento el único resto actual del ya desparecido Convento de San Francisco, antiguo edificio religioso que ocupaba toda la superficie de esta plaza así como una buena parte de sus inmediaciones, y que fue desamortizado y derribado durante el siglo XIX.
La Capilla fue fundada en 1520 por la Hermandad de la Ánimas de San Onofre con la finalidad de celebrar misas por las ánimas del purgatorio. Esta Hermandad (fundada en el siglo XIII), que sólo cuenta con 40 hermanos, siempre ha sido propietaria de la misma.
Desde el 20 de Noviembre de 2005 se realiza en la capilla la Adoración Eucarística Perpetua, en la que unos 600 voluntarios dedican una hora semanal para acompañar al Santísimo permanentemente durante las veinticuatro horas del día. por tanto, esta capilla de San Onofre, como es conocida, es un refugio espiritual para aquel que lo necesite a cualquier hora del día y de la noche, y un refugio barroco para aquel que quiera admirar algunas de las mejores piezas artística de una ciudad plenamente barroca como es Sevilla.