En el último post hacíamos referencia a la casa natal de Don Manuel González García, situada, más o menos, en la mitad de la Calle Vidrio, una estrecha calle que une la Calle San Esteban con la Calle Garci Pérez.
Justo en este punto, junto a dicha vivienda, nace una aún más estrecha callejuela que desemboca en este coqueto y hermoso patio.
Dicho patio, remanso de silencio y paz en medio de la ciudad, está vallado y es accesible únicamente para los moradores de las viviendas adjuntas. El suelo, como pueden ver es de cantos rodados y adoquines y, en una de las fachadas hay una fuente a modo de abrevadero rodeado de vegetación.