¿Acaso mentía el gran Silvio Fernández cuando decía que "Sevilla no tiene que demostrar que es la ciudad más bonita del mundo"? Así es Sevilla, un lugar que enamora por sus rincones únicos, piedras antiguas y cantes hondos que se mezclan entre históricos palacios reales y soleadas alamedas, una ciudad que se mece sobre las plateadas aguas del Guadalquivir y es acunada por un cielo tan luminosamente azul que merece escribirle los versos más bellos del mundo.
viernes, 26 de agosto de 2016
La Iglesia del Hospital de los Venerables (4): Presbiterio y Retablo Mayor.
El retablo mayor domina el muro cabecera de la iglesia. Es de 1889 y está dividido en dos partes.
En la parte inferior podemos ver el lienzo de La Última Cena realizado por Lucas Valdés como elemento central del mismo y, a sus pies, una imagen de la Virgen de Belén escoltada por otras dos imágenes masculinas que representan a San Juan Bautista y San Juan Evangelista, realizadas por Martínez Montañés.
En la parte superior nos encontramos el lienzo "La Apoteosis de San Fernando" en el módulo central y dos lienzos dedicados a San Clemente y San Isidoro, realizados por Virgilio Mattoni.
Sobre la bóveda se pueden ver pinturas murales al fresco realizadas por Lucas Valdés representando "la Invención de la Cruz". A ambos lados del presbiterio hay dos pinturas realizadas por los dos Valdés, padre e hijo, una de ellas representando a San Fernando entregando la Mezquita al Arzobispo y, otra, representando a San Fernando ante la virgen de la Antigua.
Las urnas relicarios que aquí se encuentran son de procedencia flamenca, las pinturas sobre mármol de la Inmaculada y de la virgen con el Niño fueron realizadas por Sassoferrato.
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