En el arranque de las arquivoltas tenemos las figuras de dos profetas, posiblemente obra de Pero Millán. En ellas se ven representados dos ancianos de largas barbas.
El de la izquierda hace gesto de acariciárselas, que podríamos leer como un símbolo de superación de las ofensas y de la sensualidad.
El de la derecha muestra en su mano izquierda el típico gesto explicativo.
Ambos personajes tienen en su regazo sendas cartelas, símbolo del Antiguo Testamento en le que aparecen sus profecías. Y junto a ellos hay unos pequeños capiteles en forma de dragones.
En las arquivoltas tenemos a los ángeles que tocan instrumentos, dando música a la escena del tímpano. En el lado izquierdo y de abajo hacia arriba tenemos un ángel que toca la vihuela, otro tañe un salterio y otro un laúd. El superior sostiene la repetida cartela que anuncia la profecía bíblica.
En el lado opuesto tenemos una estatuaria similar. De abajo hacia arriba aparece un ángel que toca el aulós, una peculiar chirimía u oboe de doble caña de origen griego, una gaita el siguiente y dos tamboriles el último. Coronando el conjunto, otro ángel con la cartela anunciadora.
El conjunto está coronado por el serafín que vemos en la foto de la derecha. Se distinguen de los ángeles en que estos son representados con las alas a la espalda, mientras que los serafines aparecen con las mismas cruzadas sobre el pecho. Por si alguno no lo sabe, los serafines, junto a los querubines y los tronos, pertenecen a la más alta jerarquía celestial, por encima de ángeles y arcángeles.
En las arquivoltas tenemos a los ángeles que tocan instrumentos, dando música a la escena del tímpano. En el lado izquierdo y de abajo hacia arriba tenemos un ángel que toca la vihuela, otro tañe un salterio y otro un laúd. El superior sostiene la repetida cartela que anuncia la profecía bíblica.
En el lado opuesto tenemos una estatuaria similar. De abajo hacia arriba aparece un ángel que toca el aulós, una peculiar chirimía u oboe de doble caña de origen griego, una gaita el siguiente y dos tamboriles el último. Coronando el conjunto, otro ángel con la cartela anunciadora.
El conjunto está coronado por el serafín que vemos en la foto de la derecha. Se distinguen de los ángeles en que estos son representados con las alas a la espalda, mientras que los serafines aparecen con las mismas cruzadas sobre el pecho. Por si alguno no lo sabe, los serafines, junto a los querubines y los tronos, pertenecen a la más alta jerarquía celestial, por encima de ángeles y arcángeles.