Allá por el año 1907 un incipiente arquitecto comenzaba su carrera y a dejar su impronta sobre nuestra ciudad con un edificio situado en el número 7 de la calle Orfila (donde actualmente se encuentra la farmacia del mismo nombre que la calle).
En el año 1937 se finalizaron las dos últimas obras del mismo, una en el 160-164 de la calle Bécquer y otra en la calle Juan de Mesa número 4 para su hermana Trinidad. Si no lo habían adivinado aún, nos estamos refiriendo al gran arquitecto modernista Juan Espiau y Muñoz.
Hablamos particularmente de José espiar porque en el día de hoy vamos a fijarnos en un edificio diseñado por este afamado arquitecto que fue construido en el número ocho de la calle Fray Diego de Cádiz entre los años 1914 y 1917.
En el centro de su fachada podemos ver un retablo cerámico que nos llama la atención y se encuentra enmarcado en una hornacina formada por un arco de medio punto de estética mudéjar, rodeado en su parte superior, a su vez, por una azulejería sevillana y protegido por un tejaroz de madera y teja alfarera.
Se trata de un retablo dedicado a San José y el Niño, un trabajo cerámico fechado en 1915 (ANNO DOMINE MCMXV SEVILLA) y realizado por Manuel Vigil Escalera y Díaz, según refleja la firma que en él se puede ver.
La realización de este retablo formaba parte de la traza original del edificio, realizado por José Espiau entre 1914 y 1917, y que posteriormente fue rehabilitado como bloque de viviendas.
La fachada modernista de este edificio y dicho retablo cerámico se encuentran actualmente protegidos por el plan especial del casco histórico de Sevilla.