sábado, 29 de febrero de 2020

Homenaje a Fernando "el de Triana".





Sobre la fachada del número 114 de la trianera calle Pureza podemos ver este azulejo dedicado a uno de los ahijados más insignes y queridos del popular barrio del arrabal: Fernando Rodríguez Gómez, al que todos conocían por su nombre seguido del de su barrio de adopción, Fernando "el de Triana".

Fue conocido como el Decano del Cante Jondo y su potente voz, brusca, enérgica y profunda, daba un aire trágico a sus solemnes malagueñas, las seguiriyas, soleás, tarantas y fandangos. El barrio sevillano de Triana fue el espacio donde se desarrolló su trayectoria inicial como artista con gran éxito.

Formó compañía propia y no solo cantó y tocó la guitarra con maestría, sino que fue conferenciante y divulgador del flamenco. Durante un tiempo se estableció en Nador (Marruecos), donde tuvo un restaurante y, más tarde, volvió a Andalucía, Coria del Río.
Fernando, además de un cantaor importante de su tiempo (1867-1940), también fue el primer cantaor de la historia del flamenco que se atrevió a escribir un libro sobre su arte, "Arte y artistas flamencos" (1935), una obra verdaderamente fundamental por la gran cantidad de datos biográficos que aporta sobre muchos artistas de su tiempo, además de un material fotográfico de incalculable valor.

En ese libro Fernando apenas da apuntes sobre su dilatada carrera y ocultó importantes episodios de su vida, entre otros, el verdadero lugar de su nacimiento, que escondió porque, criado en Triana, siempre dio a entender que era nacido en el barrio e hijo de “un pobre herrero y romaní de Triana”, algo que no es cierto. Ni nació en Triana ni era hijo de un herrero romaní. Y, desde luego, por sus venas no corría sangre gitana. 

Fernando era hijo de un sevillano, Joaquín Rodríguez Jiménez, y de una trianera, Ana Gómez Pérez, la hija de Fernando Gómez El Cachinero. Sus padres se casaron a principios de los 60 del siglo XIX y tuvieron a su primer hijo, Joaquín, en la calle Pópulo, en 1864. Esta calle está más o menos detrás de la Plaza de Toros de la Real Maestranza de Sevilla. Al poco tiempo el matrimonio se trasladó a la calle Pozo, en el célebre barrio de San Luis, cerca de la Macarena, donde vino al mundo Fernando el día 15 de abril de 1867. Concretamente en el número 2 de esta calle. Así que Fernando el de Triana era macareno.

Era el gran secreto de Fernando, que llegó a Triana siendo un niño, donde nacieron sus dos hermanas, Rosario y María del Carmen, concretamente en la calle Verbena. Más tarde habitaría en dos domicilios de la calle Pureza.

No nació en Triana, pero siempre será Fernando el de Triana, un artista polifacético que murió en la localidad sevillana de Camas poco después de la Guerra Civil, en la miseria, en su taberna La Sonanta, el día 7 de septiembre de 1940.