Durante el dominio romano y en tiempos de Julio César, Sevilla (entonces Hispalis) empezó a tomar importancia por su situación geográfica por lo que las autoridades militares tomaron la decisión de rodear la ciudad con una muralla defensiva.
La llegada de los musulmanes supuso un periodo de reconstrucción y ampliación de las mismas. Los vikingos subieron por el Guadalquivir y arrasaron con ellas, razón por la cual el emir de Córdoba, Abderramán II decidió reconstruirlas, ampliarlas y fortificar las puertas.
Tras la llegada de los castellanos, las murallas no sufrieron grandes cambios (excepto algunas modificaciones en las puertas) hasta el siglo XIX donde una errónea política expansiva de la ciudad dio con mucho de sus muros defensivos en el suelo.
Hoy hay varios restos en la ciudad (Macarena, Alcázar, plaza del Cabildo...) y quizá las más desconocida sea este tramo que está integrado en los Jardines del Valle, un recinto que estaba cerrado hasta hace muy pocos años en que se abrió de nuevo para el disfrute del público sevillano.
During the Roman domain and in Julio Cesar´s time , Seville (Hispalis at the time) started taking importance as its geographical situation for what the military authorities took the decision to surround the city with a defensive wall.
The arrival of the Muslims supposed a period of reconstruction and extension of the same ones. The vikings came from the Guadalquivir river and broke them, reason for which the emir of Cordova, Abderramán II decided to reconstruct them, to extend and to strengthen the doors too.
After the arrival of the Castilians, the walls did not suffer great changes (except some modifications in the doors) up to the 19th century where an erroneous expansive politics of the city destroyed these defensive walls.
Today there are several remains in the city (Macarena, Alcazar, Chapter´s Square ...) and probably the most unknown: this section that is integrated to the Gardens of the Valley, an enclosure that was closed until a few years ago in which it was opened again for the enjoyment of the Sevillian public.