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sábado, 3 de junio de 2023

La iglesia de San Juan de la Palma (24): la lápida de Rumaykiyya.



En el Museo Arqueológico de Sevilla podemos apreciar esta pieza que vemos arriba. Se trata de una lápida epigrafiada de mármol blanco, está señalada con la referencia CE00252 y mide 47 centímetro de alto por 87 centímetros de ancho.

Esta placa marmórea lleva el nombre de "lápida de Rumaykiyya", está escrita en escritura cúfica, tiene carácter conmemorativo y está fechada en el año 1085, a finales del siglo XI de nuestra era, durante el Reino Taifa de Isbiliya. Rumaykiyya, esclava que se había convertido en esposa y favorita del rey taifa de Sevilla al-Mutamid, encarga la construcción de un alminar para la mezquita que existiría donde actualmente se encuentra la iglesia de San Juan de la Palma en SevillaEl texto dice lo siguiente:

"En el nombre de Alláh, el clemente, el misericordioso. 

La bendición de Alláh (sea) sobre Mahoma, sello de los profetas. 

Mandó la Señora Augusta, madre de Ar-Raxid Abú-L-Hoseyn, Obaydo-L-Lálu, 

hijo de Al-Motamid a Lay-L-Láh al-Muyyed-Bi-Nassri-L-Lalu, Abú-L-Quasim

Mohámmad-Ben-Abbad (perpetúe Alláh su poderío y la gloria de ambos)

levantar este alminar en su mezquita (consérvela Alláh), esperando recompensas abundantes.

Acabóse con la ayuda de Alláh, bajo la inspección del visir,  Al-Kátib-al-Amir Abú-L-Quasim,

Ben-Battah (que Alláh le sea propicio).

Y esto fué en la luna de Xaaban del año cuatrocientos setenta y ocho".

¿Por qué traemos esta inscripción para hablar de la iglesia de San Juan de la Palma? La respuesta es sencilla: es una pieza que se encontró en dicho templo de la calle Feria donde estuvo colocada hasta el año 1868.

Debemos recordar que San Juan de la Palma fue uno de los templos parroquiales con los que contó Sevilla tras la conquista castellana en 1248. Siendo de estructura mudéjar se cree que pudo levantarse sobre la mezquita que menciona la inscripción, relacionada, por su entorno, con el palacio abbadita de Al-Mukarram de Al-Mutamid

Los hallazgos casuales, las fuentes y esta excepcional placa avalan esta hipótesis que sitúan al sector dentro de la emotiva historia protagonizada entre el monarca taifa y su consorte Rumaykiyya.

Pero ya que ha salido este nombre, debemos preguntarnos ¿quién fue Rumaykiyya? A la muerte de al-Mutaḍid, el 27 de febrero de 1069, al-Mutamid accedió a su propio reinado, en Sevilla, la capital de su taifa. Era ya entonces, antes de alcanzar la treintena, un hombre muy culto y apasionado por la poesía. 

En su gobierno había sido su mano derecha Ibn cAmmār, oriundo de una alquería próxima, hábil poeta y ambicioso personaje que acabó traicionándole; juntos conocieron allí a la esclava Rumaykiyya, con la que se casó al-Mutamid, dándole el nombre de Itimād, derivado del de Mutamid, y el título de “Gran Señora” (al-Sayyida al-kubrà), que sobresalió en aquel escenario lírico del que pronto se apoderó la leyenda. La intensa aureola poética de la corte sevillana se traspasó a varios de sus protagonistas, empezando por el mismo rey al-Mutamid y por Rumaykiyya.

Cuenta la leyenda que paseando un día a orillas del Guadalquivir con su amigo Ibn Ammar, jugaban a improvisar poemas, entretenimiento extremadamente popular en la sociedad andalusí de la época. Al levantarse una ligera brisa sobre el río, dijo al-Mutamid:

"El viento tejiendo lorigas en las aguas".

Ante lo cual esperaba la respuesta de su compañero. Sin embargo, Ibn Ammar no tuvo tiempo de responder, puesto que ambos oyeron una voz femenina que completaba la rima:

"¡Qué coraza si se helaran!".

La voz correspondía a una muchacha escondida tras los juncos. Era una joven bellísima llamada Rumaikiyya, esclava de un arriero. Al-Mutamid quedó inmediatamente enamorado, la llevó a su palacio y la hizo su esposa, tomando el nombre de Itimad. Cuando al-Mutamid fue depuesto, Rumaikiyya partió con él al exilio, junto a otros miembros de su familia.

La relación entre al-Mutámid y Rumaikiyya fue la fuente de numerosas historias, como la que aparece en el "Libro de los ejemplos del Conde Lucanor y de Patronio", cuento XXX, "De lo que aconteció al rey Abenabed de Sevilla con su mujer, Ramaiquía", obra del Infante Don Juan Manuel.

viernes, 25 de noviembre de 2011

Al-Mutamid, el Rey poeta.



En el Alcázar sevillano, entre muchos de sus hermosos jardines está el Jardín de la Galera, llamado así porque en él había unos setos que tenían forma de galera y que simulaban cañonearse con chorros de agua.
En dicho jardín hay una columna de mármol conmemorativa del noveno centenario (1091) del destierro del Rey Al-Mutamid de Sevilla hacia Marruecos donde murió cuatro años después.
Al-Mutamid fue rey de taifas en Sevilla desde el año 1060 hasta su destierro. Al-Mutamid fue también un notable poeta y, durante su reinado, la cultura floreció en Sevilla.
En su corte gozaron de favor los poetas y literatos, como el siciliano Ibn Hamdis, Ibn al-Labbana o el propio visir y poeta Ibn Ammar de Silves.


De su amor por la poesía cuenta la leyenda que paseando un día a orillas del Guadalquivir con su amigo Ibn Ammar, jugaban a improvisar poemas, entretenimiento extremadamente popular en la sociedad andalusí de la época. Al levantarse una ligera brisa sobre el río, dijo Al-Mutamid: "El viento tejiendo lorigas en las aguas".
Ante lo cual esperaba la respuesta de su compañero. Sin embargo, Ibn Ammar no tuvo tiempo de responder, puesto que ambos oyeron una voz femenina que completaba la rima:"¡Qué coraza si se helaran!".
La voz correspondía a una muchacha escondida tras los juncos. Era una joven bellísima llamada Rumaikiyya, esclava de un arriero.
Al-Mu‘tamid quedó inmediatamente enamorado, la llevó a su palacio y la hizo su esposa, tomando el nombre de Itimad (hoy día una asociación artístico-literaria de Sevilla lleva este nombre). Cuando Al-Mutamid fue depuesto, Itimad partió con él al exilio.


In the Sevillian Alcazar, between many of its beautiful gardens, the Galley Garden is, called like that because in it there were a few hedges that look like galleys and that they were simulating to be shelled by water jets.
In the above mentioned garden there is a commemorative marble column about the ninth centenary (1091) of the exile of the King Al-Mutamid of Seville towards Morocco where he died four years later.
Al-Mutamid was a king in Seville from the year 1060 up to his exile. Al-Mutamid was a notable poet too and, during his reign, the culture bloomed in Seville.
In his court the poets and writers got the royal favor, as the Sicilian Ibn Hamdis, Ibn al-Labbana or the own visir and poet Ibn Ammar de Silves.