En el Alcázar sevillano, entre muchos de sus hermosos jardines está el Jardín de la Galera, llamado así porque en él había unos setos que tenían forma de galera y que simulaban cañonearse con chorros de agua.
En dicho jardín hay una columna de mármol conmemorativa del noveno centenario (1091) del destierro del Rey Al-Mutamid de Sevilla hacia Marruecos donde murió cuatro años después.
Al-Mutamid fue rey de taifas en Sevilla desde el año 1060 hasta su destierro. Al-Mutamid fue también un notable poeta y, durante su reinado, la cultura floreció en Sevilla.
En su corte gozaron de favor los poetas y literatos, como el siciliano Ibn Hamdis, Ibn al-Labbana o el propio visir y poeta Ibn Ammar de Silves.
De su amor por la poesía cuenta la leyenda que paseando un día a orillas del Guadalquivir con su amigo Ibn Ammar, jugaban a improvisar poemas, entretenimiento extremadamente popular en la sociedad andalusí de la época. Al levantarse una ligera brisa sobre el río, dijo Al-Mutamid: "El viento tejiendo lorigas en las aguas".
Ante lo cual esperaba la respuesta de su compañero. Sin embargo, Ibn Ammar no tuvo tiempo de responder, puesto que ambos oyeron una voz femenina que completaba la rima:"¡Qué coraza si se helaran!".
La voz correspondía a una muchacha escondida tras los juncos. Era una joven bellísima llamada Rumaikiyya, esclava de un arriero.
Al-Mu‘tamid quedó inmediatamente enamorado, la llevó a su palacio y la hizo su esposa, tomando el nombre de Itimad (hoy día una asociación artístico-literaria de Sevilla lleva este nombre). Cuando Al-Mutamid fue depuesto, Itimad partió con él al exilio.
In the Sevillian Alcazar, between many of its beautiful gardens, the Galley Garden is, called like that because in it there were a few hedges that look like galleys and that they were simulating to be shelled by water jets.
In the above mentioned garden there is a commemorative marble column about the ninth centenary (1091) of the exile of the King Al-Mutamid of Seville towards Morocco where he died four years later.
Al-Mutamid was a king in Seville from the year 1060 up to his exile. Al-Mutamid was a notable poet too and, during his reign, the culture bloomed in Seville.
In his court the poets and writers got the royal favor, as the Sicilian Ibn Hamdis, Ibn al-Labbana or the own visir and poet Ibn Ammar de Silves.
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