¿Acaso mentía el gran Silvio Fernández cuando decía que "Sevilla no tiene que demostrar que es la ciudad más bonita del mundo"? Así es Sevilla, un lugar que enamora por sus rincones únicos, piedras antiguas y cantes hondos que se mezclan entre históricos palacios reales y soleadas alamedas, una ciudad que se mece sobre las plateadas aguas del Guadalquivir y es acunada por un cielo tan luminosamente azul que merece escribirle los versos más bellos del mundo.
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viernes, 31 de agosto de 2018
Acunando a la Inmaculada.
Acunar a la Virgen Inmaculada. Eso es lo que parece que hace este naranjo de la plaza del Triunfo que sufre las inclemencias de este estío caluroso. Esto es lo que nos permite la perspectiva fotográfica con dos elementos a diferente distancia y distinta altura.
Aún así, la imagen pétrea de granito blanco de la Virgen realizada por los cinceles de Lorenzo Coullaut Varela, tan dura ella, tan impermeable a la dureza del sol de agosto, parece adaptarse a la cuna que le ofrece un moldeable naranjo deseoso de acoger en su seno a las imagen inmaculada.
viernes, 21 de diciembre de 2012
Los angelitos de la Inmaculada.
En 1917, el arquitecto municipal Juan Talavera y Heredia decide reformar la Plaza del Triunfo y colocar en su centro un monumento a la Inmaculada Concepción. Un año después, el 8 de Diciembre de 1918, otro arquitecto, Juan Espiau y Muñoz, levantó este monumento ayudado por el escultor Lorenzo Coullaut Valera.
En un octógono de gradas de granito se levanta un amplio pedestal, rodeado de las figuras de cuatro personajes del siglo XVII que destacaron en su afán concepcionista: el teólogo jesuita Juan de Pineda, el poeta Miguel Cid, el escultor Juan Martínez Montañés y el pintor Bartolomé Esteban Murillo.
Sobre el pedestal, cuatro pilares de orden jónico sustentan la imagen de la Inmaculada Concepción, basada en la obra que Murillo pintó para el Hospital de los Venerables de Sevilla y que hoy está en el Museo del Prado.
A los pies de la Inmaculada podemos ver estos seis angelitos jugueteando y asomándose al vértigo del vacío.
jueves, 8 de diciembre de 2011
La Purísima Concepción
Hoy es un día señalado en el calendario litúrgico católico, es el día de la Inmaculada Concepción de la Virgen María. Sevilla fue de las primeras ciudades que defendió el dogma de la Inmaculada Concepción. De hecho algunas de nuestras hermandades de penitencia lo hacían ya a finales de la Edad Media, aunque se hizo especialmente intenso desde el siglo. XVII.
El monumento a la Inmaculada, levantado a comienzos de este siglo en la Plaza del Triunfo, tiene en su basa las estatuas de Vázquez de Leca, Bernardo de Toro, Juan de Pineda y Miguel Cid quienes a lo largo de la historia defendieron con más ardor el dogma concepcionista.
Es tradición también, en la noche del día siete al día ocho, que las tunas de las distintas Facultades de Sevilla acudan a cantar a sus pies. Ayer, como no podía ser menos, también el monumento a la Inmaculada de la Plaza del Triunfo fue lugar de reunión de tunos ávidos de cantar a la virgen y de mucho público disfrutando de sus canciones y bailes.
Cuenta la historia que fue la Tuna de Peritos Industriales la primera en cantar la noche de la Inmaculada bajo el monumento. Por ello, el Cardenal Segura les impuso en el año 1952 un fajín blanco, que desde entonces forma parte de su atuendo y les distingue del resto de las tunas.
lunes, 4 de octubre de 2010
Miguel Cid, el poeta santo.
En la Plaza del Triunfo, justo en la base del monumento a la Inmaculada Concepción, podemos ver cuatro esculturas de cuatro intelectuales sevillanos que defendieron en vida el dogma de inmaculada concepción de la Virgen María.
Entre ellas está la estatua del poeta Miguel Cid, un poeta del principios del siglo XVII, autor de temas religiosos, entre ellos , "Las Justas Sagradas", obra que fue impresa por su hijo en 1640.
Miguel de Cervantes, en su obra "Viaje del Parnaso" lo llamó el "poeta santo", por la religiosidad de sus versos.
martes, 3 de agosto de 2010
Un jesuíta reformador, Juan de Pineda.
En la Plaza del Triunfo, en la base del monumento dedicado a la Inmaculada Concepción, podemos ver cuatro figuras que por su labor en diferentes terrenos de las humanidades defendieron las virtudes conceptistas de la Virgen.
Uno de ellos fue el teólogo Juan Pérez de Pineda (Conocido por Juan de Pineda), quien a pesar de que su labor se centró principalmente en Ginebra, a donde huyó para inmiscuirse de lleno en las reformas que quería implantar Lutero y que tuvieron cierto eco en Sevilla.
Sus seguidores sevillanos fueron quemados en un primer auto de fe. En un segundo auto inquisistorial, fue quemado "en efigie" junto con algunos seguidores más encarcelados.
De la importancia de su obra teológica quedó que de ella bebió Quevedo en su libro sobre el Santo Job.
sábado, 31 de octubre de 2009
En el cielo de Sevilla.
En la Plaza del Triunfo, podemos disfrutar de esta imagen del monumento a la Virgen de la Inmaculada sobre la luz de los faroles.
domingo, 1 de marzo de 2009
La Virgen de la Inmaculada.
Esta es una de las imágenes de la ciudad. La Columna de la Virgen de la Inmaculada en la Plaza del Triunfo de Sevilla.
Está situada junto a la Catedral y es una zona muy concurrida la noche del 7 al 8 de diciembre, donde los tunos de todas las universidades de Sevilla vienen aquí a cantarle.
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