Allá por el siglo XVII, Leonardo de Figueroa obtuvo un gran renombre como arquitecto en nuestra ciudad. A la elevación del Hospital de los Venerables y del Hospital de la Caridad pronto pudo añadirle a su palmarés la construcción de una iglesia para los Dominicos, la Iglesia de la Magdalena.
La antigua se había derrumbado el primer Domingo del Adviento de 1691 y los Dominicos tuvieron mucha prisa con la construcción del nuevo templo: era una cuestión de prestigio, ya que era importante superar arquitectónicamente los templos de sus rivales, los Franciscanos y los Jesuitas. Figueroa hace construir un edificio barroco y soberbio según el trazado de una basílica de tres naves.
En el edificio todo es magnífico, pero lo que más me llamó la atención fue su cúpula, octogonal, que tiene unos detalles decorativos de tipo indiano y que nos recuerda a los incas que veíamos en las fotografías de nuestros libros de texto cuando se estudiaba la Conquista de América.
Estos detalles están encima de la cúpula, en la linterna, también octogonal donde hay ocho figuras de pie talladas sobre la piedra del propio edificio. A pocos metros hay también unas máscaras con colores muy vivos.
Lástima que desde la propia calle no se puedan apreciar estos detalles. El arquitecto quiso con estas piezas recordar la labor evangelizadora dominica en el Nuevo Mundo. Pero lo situó tan alto que la distancia hasta nuestros ojos las hagan pasar desapercibidas.
In the 17th century, Leonardo de Figueroa obtained a great renown as architect in our city. To the elevation of the Hospital of the Venerable Fathers and of the Hospital of the Charity, it could add to his record the construction of a church for the Dominicans, the Church of the Magdalena.
The former one had been ruined on the first Sunday of the Advent of 1691 and the Dominicans had great hurry to build the new temple: it was a question of prestige, since it was important to overcome architectonically the temples of their rivals, the Franciscans and the Jesuits. Figueroa makes construct a baroque and haughty building according to the tracing of a basilica of three zones.
In the building everything is magnificent, but what more was called me the attention was its dome, octogonal, that has a few decorative details of Indian style and that resembles us the Incas that we saw in the photographies of our books when the Conquest of America was studied.
These details are on the dome, in the lantern, also octogonal where there are eight figures carved on the stone of the own building. To few meters there are also a few masks with very alive colors.
It is a pity that from the street these details could not be estimated well. The architect wanted, with these pieces to remember the evangelizing labor Dominican in the New World. But he placed it so highly that the distance up to our eyes make that they happen unnoticed.