Paseando por la calle Castilla tuve la oportunidad de conocer la llamada Casa de las Flores. Han sido varias las ocasiones en que pasando por delante de su cancela tuve la intención de entrar pero no se presentó la oportunidad. Hace unos días, un vecino me ofreció pasar y tomar algunas fotos a la vez que me contaba detalles de la misma.
Como son varias las instantáneas que pude conseguir, las voy a dividir en tres partes, la primera para mostrarles la entrada a la misma, la segunda para poner en detalle los retablos cerámicos y cuadros que allí hay expuestos, y la tercera para conocer el interior del famoso corral.
Este corral de vecinos, ahora adecentado y arreglado según las normas urbanísticas modernas, está situado sobre parte del terreno que ocupaba las célebres Reales Almonas de las que hablamos hace unos días. No quedan vestigios de la misma pero sí ha quedado un ríncón puramente trianero donde el silencio es el rey.