En la extensa huerta del Monasterio de la Cartuja existen dos capillas que actualmente están desacralizadas, una con el nombre de las Santas de Sevilla, Justa y Rufina y otra dedicada a la madre de la Virgen, Santa Ana.
Hoy podemos ver en las imágenes la capilla de Santa Ana, una estancia de pequeño porte y de estilo marcádamente neogótico.
La capilla está en alto y, a sus pies, hay una alberca que sirve para el riego que la rodea por los cuatro lados. Se accede a ella mediante una escalera y un pequeño puente.
Tiene cuatro lados iguales con cuatro accesos con arcos de media punta. El techo está decorado con unos frescos muy deteriorados en tonos ocres, rojizos y aguasmarinas.
En su parte superior tiene cuatro almenas al modo de castilletes y una torre central en forma de pirámide sobre la que se apoya una veleta y una cruz.