¿Acaso mentía el gran Silvio Fernández cuando decía que "Sevilla no tiene que demostrar que es la ciudad más bonita del mundo"? Así es Sevilla, un lugar que enamora por sus rincones únicos, piedras antiguas y cantes hondos que se mezclan entre históricos palacios reales y soleadas alamedas, una ciudad que se mece sobre las plateadas aguas del Guadalquivir y es acunada por un cielo tan luminosamente azul que merece escribirle los versos más bellos del mundo.
viernes, 31 de agosto de 2018
Acunando a la Inmaculada.
Acunar a la Virgen Inmaculada. Eso es lo que parece que hace este naranjo de la plaza del Triunfo que sufre las inclemencias de este estío caluroso. Esto es lo que nos permite la perspectiva fotográfica con dos elementos a diferente distancia y distinta altura.
Aún así, la imagen pétrea de granito blanco de la Virgen realizada por los cinceles de Lorenzo Coullaut Varela, tan dura ella, tan impermeable a la dureza del sol de agosto, parece adaptarse a la cuna que le ofrece un moldeable naranjo deseoso de acoger en su seno a las imagen inmaculada.
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