El Retablo Mayor de la iglesia de San Roque es, sin duda, el elemento religioso-artístico de mayor importancia del templo. Se trata de una composición de estilo neoclásico que se levantó en el siglo XX tras la desaparición del anterior (1850, levantado por Gabriel Astorga según diseño de Balbino Marrón y Ranero, arquitecto municipal de Sevilla) debido al incendio del mismo en la Guerra Civil de 1936.
El Retablo Mayor está dividido en cinco calles verticales, siendo la central algo más ancha que la cuatro restantes, y en cinco líneas horizontales que está coronado por un ático con la imagen de la Virgen de los Reyes en el centro.
La línea central, como es notorio, contiene las imágenes más importantes del retablo. A la imagen de la Virgen de los Reyes ya mencionada que ocupa el ático, se le unen una pintura del Resucitado; la imagen escultórica de San Roque en una hornacina con el fondo aterciopelado en rojo; y la figura de la Virgen del Carmen (del siglo XIX) con el Niño, también en hornacina.
Ocupando las calle laterales y divididos en dos grupos de seis cada uno, se encuentra una copia de la representación del apostolado que fue realizado por el pintor luxemburgués Pablo Legot en el Siglo de Oro español. Las pinturas originales desaparecieron en el ya citado incendio de 1936.
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