La portada de acceso al recinto de la iglesia de Santa Paula se hace por una puerta de ladrillo gótico-mudéjar sobre el ue podemos ver un azulejo de la santa titular del convento que no es el original, sino que este azulejo que vino a sustituir al retablo cerámico desaparecido en la Revolución de 1868.
Desde el exterior, especialmente desde la calle Santa Paula, destaca la silueta de la espadaña del convento, de dos cuerpos e inspirada en los tratados arquitectónicos de los años finales del Manierismo. Es obra de Diego López Bueno y se decora con pináculos manieristas, pilastras adosadas y azulejos del siglo XVII con emblemas alusivos a la orden como el león o el capelo cardenalicio de San Jerónimo.
Tras cruzar la puerta y torear un escalón descendente, nos adentramos por un camino de ladrillo que nos lleva aun jardín con cipreses y distintas rosas y geranios de colores cuyo final lleva a la portada a través de la que se accede a la iglesia.
Este retablo del frontispicio de la puerta del Convento de Santa Paula representa a la titular abrazando la cruz de Cristo tras su conversión religiosa.
El retablo es valenciano y fue realizado en 1888. Éste sustituyó al original que fue realizado por Francisco Niculoso Pisano en el siglo XVI y destruido dos años antes de la colocación de éste.
Niculoso Pisano fue un artista de gran importancia en su época. Incorpora la técnica denominada pisana (en honor a su procedencia, Pisa) que consiste en pintar los azulejos esmaltados con esmalte blanco y decorados con motivos polícromos, religiosos sobre todo.
La innovación de Pisano tarda en adoptarse debido, entre otras causas, a la pujanza que en el siglo XV tenía el azulejo de cuenca y el de cuerda seca.
Podríamos decir que introduce el espíritu del renacimiento en la cerámica de Triana, aplicando la técnica pictórica a la mayólica (tipo de decoración cerámica sobre loza con un esmalte de plomo con estaño como base, posteriormente se decora los diversos motivos con óxidos sobre la dicha base), como la perspectiva.
Desgraciadamente se perdió este azulejo de la fachada exterior del artista. Afortunadamente sí se han mantenido otras obras que realizó en el interior del convento.
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