El arte no dejará de sorprendernos. Nunca imaginé que la escultura de un caballo casi a tamaño natural pudiera servir para iluminar el rincón de un cafetería.
Pues aquí tienen la prueba, si quieren verlo al natural, en el Hotel Colón, según se entra a la izquierda pueden apreciar a este ejemplar equino de color negro azabache en cuyas crines emerge el tubo vertical de una lámpara de iluminación.
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The art will not stop surprising us. I never imagined that the sculpture of a horse almost to natural size could serve to illuminate the corner of a café.
But here you have the test, if you want to see the it, in the Hotel Colon, as you pass the entry, turn left and can estimate this equine in black color in whose manes there is a the vertical pipe of a lamp.
How strange!
ResponderEliminarYo pensaba que era un sillón de lectura.
ResponderEliminarUn saludo.
It's a refreshing change from "el toro" one usually sees.
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