A la espalda de la Iglesia de la Santa Cruz, a mitad de camino de la Calle Ximénez de Enciso, aparece un estrecho y semioscuro callejón con el nombre de un humilde "maestro de escuela": D. Carlos Alonso Chaparro.
A pocos pasos de aquí se encontraba el antiguo Colegio de San Diego, lugar en el que el maestro dedicó su vida a la enseñanza de niños de muy humilde condición y del que fue recordado director.
Como podemos ver, aparte de que el Ayuntamiento dedicara la calle a tan insigne educador, sus alumnos, en una muestra de reconocimiento y cariño, colocaron una merecida y respetuosa placa homenaje a Don Carlos Alonso Chaparro.
A veces, lejos de los vaivenes de los reconocimientos oficiales, los que te hace tu pueblo, tu barrio o tus amigos tienen más valor y se celebran más.
gracias a tu comentario en mi blog he descubierto el tuyo, ya me lo he llevao al mio pa poder seguirte, un saludo
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