Yo me pregunto, antes de la aparición del teléfono móvil, ¿cómo hacíamos para vernos en la feria?.
O es que no había feria antes de aparecer el móvil porque todo el mundo llevaba el suyo en la mano.
Es como si nos faltase algo.
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¿Acaso mentía el gran Silvio Fernández cuando decía que "Sevilla no tiene que demostrar que es la ciudad más bonita del mundo"? Así es Sevilla, un lugar que enamora por sus rincones únicos, piedras antiguas y cantes hondos que se mezclan entre históricos palacios reales y soleadas alamedas, una ciudad que se mece sobre las plateadas aguas del Guadalquivir y es acunada por un cielo tan luminosamente azul que merece escribirle los versos más bellos del mundo.
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