¿Acaso mentía el gran Silvio Fernández cuando decía que "Sevilla no tiene que demostrar que es la ciudad más bonita del mundo"? Así es Sevilla, un lugar que enamora por sus rincones únicos, piedras antiguas y cantes hondos que se mezclan entre históricos palacios reales y soleadas alamedas, una ciudad que se mece sobre las plateadas aguas del Guadalquivir y es acunada por un cielo tan luminosamente azul que merece escribirle los versos más bellos del mundo.
lunes, 31 de agosto de 2009
El Reloj de Sol de la Catedral.
En el muro exterior de la catedral, junto a la puerta llamada "de Campanillas" pasa desapercibido este reloj de sol.
Está formado por una plancha de mármol blanco sobre la que están inscritas las horas del día y un elemento metálico formando un triángulo rectángulo que es el encargado de proyectar la sombra sobre la pared.
El lado vertical inferior es el que marca la hora en el punto que toca la línea sobre el mármol.
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