La iglesia de San Juan de la Palma forma parte del casco histórico de la ciudad y fue elemento principal de una de las veinticuatro colaciones que el Rey Fernando III el Santo estableció en la ciudad tras la conquista de la misma.
Aunque nos estamos refiriendo a la segunda mitad del siglo XIII, no sería hasta bien avanzado el siglo XV cuando se construyó la portada principal del templo cristiano que sustituía a la entrada de la antigua mezquita del rey taifa Al-Mutamid.
Respecto a la construcción de la portada principal tenemos que hacer referencia al estudio que Dña. Inmaculada Ríos Collantes de Terán y don Antonio Sánchez de Mora realizaron en 1998 con el título "El mudéjar en la iglesia parroquial de San Juan Bautista, vulgo de la Palma: a propósito de un documento", donde se pone de relieve el valor de la aparición de un documento referente a la construcción de la portada.
En la sección fábrica del Archivo Parroquial de San Juan de la Palma, se encontró el contrato inédito por el que el mayordomo de la iglesia de San Juan, Alfonso Guillén, encarga el 28 de julio de 1420 la realización de la portada de poniente a los maestros canteros Juan Rodríguez de Lebrija y Martín Martínez, el primero morador en la collación de San Marcos, y el segundo, vecino de Triana.
Tras la conquista de Fernando III, se introduce a lo largo del siglo XIII de la mano de los cristianos el arte gótico de los castellanos, que no desbanca al almohade, sino que muy al contrario, en un alarde de creatividad, perdurabilidad o "eclecticismo" -entendiendo este como una fusión de estilos- crean un estilo propio, el mudéjar.
Este estilo artístico, con el paso del tiempo va madurando y al mismo tiempo definiendo las características que lo hacen diferente, y que como veremos se plasma de forma indudable en los restos de la obra mudéiar de San Juan de la Palma.
La iglesia se levantó sobre una antigua mezquita del año 478 de la Hégira, como así consta en una inscripción encontrada en la torre, y depositada en el Museo Arqueológico de Sevilla.
La portada fue posterior y debió realizarse entre el 28 de julio de 1420, fecha de la firma del citado contrato y el 24 de junio de 1421, día de la Natividad de San Juan Bautista, plazo en el que los citados maestros canteros se comprometían a finalizarla, al igual que la torre que flanquearía la obra por su izquierda.
La construcción responde a un tipo muy difundido en el mudéjar, y cuyo germen podemos encontrar de nuevo, en la iglesia de Santa Ana. Pero en este caso concreto, estaba muy claro como se quería que fuera la portada, tanto es así que para la ejecución de la misma se establece un modelo a seguir, y no es otro que la portada de los pies de la iglesia de San Esteban: "E que la fagamos e labremos segund en la manera que está fecha e obrada la portada de la eglesia de Sant/ Esteuan desta dicha cibdat (...)"
Partiendo de aquí podemos despejar la duda sobre la influencia de unas portadas a otras, ya que Angulo creía que que "el inicio del estilo perfecto que se da (en la portada) en San Juan de la Palma se realiza en las portadas de San Marcos y San Esteban", cuando lo que realmente sucede es lo contrario, es San Juan la que toma como modelo a San Esteban.
La portada es abocinada con ocho baquetones de sección trebolada, que parten de una línea de imposta con decoración zoomorfa y fitomorfa, y sobre ésta, decoración de cuerda.
En el intradós de los baquetones, herraduras entrelazadas, y en la clave de los dos primeros decoración vegetal, quedando todo el conjunto de baquetones rematado por una decoración geométrica. Los arcos concéntricos quedan delimitados por dos pilastras, que recorren la fachada desde la línea de imposta, descansando sobre una especie de ménsula en forma de cabeza de león, y que en su fuste repite la decoración vegetal y de rostros humanos.
En las enjutas se abren dos hornacinas de arcos mixtilíneos igual a los realizados en San Esteban, con sus doseletes y sus ménsulas con forma humana. Parece ser que en su tiempo, estas hornacinas, al igual que sucedía con la central de arco de medio punto, poseían sus propias esculturas. La portada queda rematada por un alero sostenido por diez cabezas de leones. En el intradós de la rosca del alero y en la misma línea de las pilastras que recorre la portada aparecen dos leones tumbados de perfil, formando un bloque totalmente rectangular y compacto.
Todas estas características que aquí hemos apuntado las podemos observar prácticamente por igual en San Esteban, con pocas variantes. La mayor diferencia entre una y otra, es la inexistencia en la portada de San Juan de la Palma, del conjunto de arquillos ciegos que San Esteban desarrolla sobre el arco central de la portada y el alero, y que es una clara influencia de los trabajos que se habían realizado en la Giralda, torre de la catedral sevillana.
Los materiales empleados para la realización de tan magna obra fueron principalmente, "(...) canto et cal et ladrillo et ripio"* e arena (...) madera para apuntalar/ et para andamios et escaleras et clavos (...)".
La portada es labrada sobre la zanja existente para la misma, y que debía ser rellenada de cal y arena para así conseguir estabilidad. Lo usual en esta época en la que se reaprovechan edificaciones anteriores y de esta manera, se solía construir sobre las zanjas ya existentes, y así parce constar o vislumbrarse en el contrato cuando los maestros canteros apuntan que "(...) derribemos a nuestra costa e mysión la obra vieja que está fecha donde auemos de labrar otra dicha obra (...)" y que "(...) la altura e largura/ de las puertas nuenas que están fechas en la dicha eglesia de Sant Iohan para la dicha portada (...)".
En definitiva, la portada de San Juan de la Palma, responde tanto por sus materiales y sus características al tipo de portada mudéjar trebolada, que tiene su punto de partida en la iglesia de San Marcos, y que se desarrolla con una mayor elaboración, pulcritud y belleza primero en la iglesia de San Esteban y, con posterioridad, en la propia portada que aquí nos interesa.
Tras estas magníficas obras, se suelen esconder grandes artistas, artistas que algunas veces han llegado hasta nosotros envueltos en el anonimato, siendo sólo exponentes de ellos mismos sus obras, pero que en otras ocasiones conocemos sus identidades con una mayor o menor profundidad.
La puerta de madera claveteada que rehundida tras las arquivoltas góticas. Existen dos pequeñas capillas con basas y doseletes góticos y se remata superiormente con otra centrada sobre la clave. La fachada aparece tras una artística reja de protección que cierra un pequeño espacio a modo de compás de entrada de la iglesia.
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