En la Calle Divina Pastora, sobre la fachada de un domicilio particular y a cierta altura del suelo, podemos ver este azulejo pintado a mano por el escultor Darío Fernández Parra en 1955.
Desde la calle es difícil concretar el cristo que es, pero el zoom del objetivo nos permite identificarlo. Es el Santísimo Cristo de las Almas de la Hermandad de los Javieres, cuya sede está a pocos metros del lugar, en la Iglesia de Omnium Sanctorum.
Sobre el azulejo plano se abre un tejaroz que fue recogido de un derribo.
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