Sevilla, siempre se ha dicho, es una ciudad de luz, alegría y color. Sin embargo el anochecer sevillano también nos regala instantáneas como ésta.
La Torre del Ajedrez, perteneciente a la antigua Iglesia de Gracia del Convento de los Padres Trinitarios Descalzos, se nos ilumina por el fuego leve de las farolas de nuestras estrechas calles.
No sabemos si son farolas que dan lumbre a la calle Descalzos o es la Torre la que indica nuestro camino hacia la Plaza del Cristo de Burgos’s.
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