¿Acaso mentía el gran Silvio Fernández cuando decía que "Sevilla no tiene que demostrar que es la ciudad más bonita del mundo"?
Así es Sevilla, un lugar que enamora por sus rincones únicos, piedras antiguas y cantes hondos que se mezclan entre históricos palacios reales y soleadas alamedas, una ciudad que se mece sobre las plateadas aguas del Guadalquivir y es acunada por un cielo tan luminosamente azul que merece escribirle los versos más bellos del mundo.
sábado, 12 de enero de 2013
El gato negro.
Gato negro, mala suerte. Toquemos madera y ahuyentemos las malas sombras.
La que no pudo ahuyentar las malas suerte fue la paloma que fue a picotear comida a los pies de la papelera y sobre la que cayó encima.
Lo dicho, mala sombra...
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