La Glorieta de Gabriela Ortega Gómez es de las más sencillas que existen en el Parque de María Luisa. No tiene estatua, no tiene azulejo, no tiene fuente, sólo nos queda, en el centro de la misma, un enorme ficus y un letrero que recuerda el nombre de la artista.
Gabriela, era hija de Gabriela Gómez, hermana de Joselito el Gallo y de Enrique Ortega Fernández, Cuco, banderillero de su tío Joselito.
Esta fuerza de arte y de folklore andaluz tiene una personalidad artística que resulta difícil de definir con exactitud; al nacer hereda la quintaesencia de seis generaciones de cantaores y bailaores flamencos y de los toreros más importantes que ha tenido España, en esa época.
Cursa estudios de Arte Dramático en la Universidad de Sevilla, llegando a ser primera actriz del Teatro Español Universitario, representando Teatro Clásico Español y Europeo en verso clásico.
Fue enviada por el Ayuntamiento de Sevilla a la Boda de los Condes de Barcelona a Roma y como representación del Colegio de las Irlandesas. Habiendo sido compañera de Doña Maria de Las Mercedes, le llevó el regalo de todas las compañeras y del Colegio. El regalo que envió el Ayuntamiento de Sevilla, fue un naranjo con raíces, que embarcaron en el avión, por expreso deseo de Doña Maria de las Mercedes. A dicho acto, acudió ataviada con el traje rociero y cantó y bailó para los asistentes, ya que iba representando a nuestra Ciudad.
Es contratada en los Espectáculos que presenta su primo Manolo Caracol y también es solicitada por Doña Concha Piquer, para su Espectáculo y por el Príncipe Gitano, que también la llevan, actuando por toda España.
En el año 1.950 da su primer recital y monta Espectáculo propio en solitario en el Teatro Lara de Madrid, con asistencia de grandes personalidades de la Cultura, siendo un gran éxito.
Fueron muchos los poetas y personalidades de la cultura, los que alabaron sus cualidades interpretativas y reconociendo sus muchos méritos, le impusieron en Madrid en el año 1.958, La Medalla de Oro, en el Arte de la Interpretación.
Ya en su incomprensible exilio; Y habiendo cosechado grandes triunfos en Argentina, le dedicaron, (Y que tan solo lo tiene, Gabriela Ortega y el Poeta Don José Maria Pemán) En el Teatro Nacional de Buenos Aires, en el palco principal, tiene un sillón con su nombre grabado las letras en oro.
Ella fue creadora única de unir el compás de los bailes flamencos, a los poemas, dándole fuerza y vida, como nadie ha sabido hacerlo.
En el Teatro de Bellas Artes de Méjico, le concedieron el trofeo más importante, concedido a un artista extranjero, El Azteca de Oro.
Gabriela falleció el día 11 de Agosto de 1.995 en Aznalcázar.
Es hermosa, parece sacada de un cuento de hadas, cómo uno de esos lugares que uno sólo ve cuando lo sueña producto de la lectura que nuestros padre nos hacen de pequeños.
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