Sobre una de las paredes del vestíbulo-pasillo que une el cenador de invierno con la sala de Medusa nos encontramos con esta roseta cerámica.
Aunque procedente de un alfar sevillano, esta roseta proviene de una casa de Arcos de la Frontera que perteneció a los abuelos de doña Regla. Este medallón estrellado era el centro del pavimento del patio de la casa señalada. A pesar de formar parte del suelo, la condesa decidió colocarla en una pared.
Su escena centra, bastante desgastada, en la que se ven jinetes a caballo, motivo frecuente en la cerámica barroca del siglo XVIII, indujo a la condesa a datar esta pieza en la época medieval en la que la lucha entre moros y cristianos ocupaban el tiempo de la población de aquella zona limítrofe entre reinos que era Arcos de la Frontera.
No hay comentarios:
Publicar un comentario