La última de las placas que podemos ver a la entrada de la Giralda hace referencia a la vista que el Papa Juan Pabllo II hizo a Sevilla en 1993 con motivo del Congreso Eucarístico Internacional.
¿Acaso mentía el gran Silvio Fernández cuando decía que "Sevilla no tiene que demostrar que es la ciudad más bonita del mundo"? Así es Sevilla, un lugar que enamora por sus rincones únicos, piedras antiguas y cantes hondos que se mezclan entre históricos palacios reales y soleadas alamedas, una ciudad que se mece sobre las plateadas aguas del Guadalquivir y es acunada por un cielo tan luminosamente azul que merece escribirle los versos más bellos del mundo.
jueves, 31 de octubre de 2013
Recordando la visita de Juan Pablo II.
La última de las placas que podemos ver a la entrada de la Giralda hace referencia a la vista que el Papa Juan Pabllo II hizo a Sevilla en 1993 con motivo del Congreso Eucarístico Internacional.
miércoles, 30 de octubre de 2013
El solado de las rampas de la Giralda.
Continuando con las placas colocadas al inicio del camino de subida a la Giralda, nos encontramos ésta segunda donde se nos indica la fecha del ensolado de las rampas y el pavimento del campanario.
martes, 29 de octubre de 2013
Mandó el Califa Abu Ya´Qub Yusuf...
Antes de comenzar la subida a la Giralda por las 37 rampas que nos llevan al campanario, en dos azulejos, en español y en árabe, podemos leer una muy resumida lección de historia acerca de la construcción de la torre por el califa de Sevilla Abu Ya´Qub Yusuf.
La historia comienza con una orden califal el 26 de Mayo de 1184 (13 de Safar del año 580 después de la Hégira) y la finalizó, tal como la conocemos ahora, en la era cristiana siendo rey Felipe II, el arquitecto Hernán Ruiz.
lunes, 28 de octubre de 2013
La Inmaculada, en la Calle Montevideo.
En el número 18 vemos este retablo cerámico compuesto por cuarenta y dos piezas de azulejos planos pintados en colores azul y blanco con reflejos de amarillo. Reproduce el lienzo "Inmaculada Concepción, la Colosal" de Bartolomé Esteban Murillo. Sus medidas son aproximadamente de setenta y cinco centímetros por un metro cinco centímetros.
Realizado por Manuel Vigil-Escalera Díaz en 1919 tras la finalización de la construcción de esta vivienda, levantada bajo las directrices del arquitecto Pablo Gutiérrez Moreno.
domingo, 27 de octubre de 2013
El martirio de San Sebastián, en la Calle Montevideo.
En el número 16 de la Calle Montevideo nos encontramos este retablo de una sola pieza de azulejo pintada a mano. Representa el martirio de San Sebastián. Está enmarcado por un marco de azulejos color azul cobalto de veinte piezas. Las medidas aproximadas son de 35 por 45 centímetros.
Aparece firmado por J.V. Su composición está basada en la talla que se encuentra en la vecina iglesia de San Sebastián.
Fue realizado en 1919 tras la culminación de esta vivienda, proyectada por Pablo Gutiérrez Moreno.
sábado, 26 de octubre de 2013
Santa Teresa de Jesús, en la Calle Montevideo.
En el número 14 de la Calle Montevideo nos encontramos con este retablo compuesto por dieciséis azulejos pintados a mano y marco de color verde liso. Reproduce el retrato de Santa Teresa de Ávila pintado por Fray Juan de la Miseria durante su visita a Sevilla. En éste pueden verse varias filacterias con las siguientes inscripciones: "misericordias domini- in eternum cantapo" y :"BV Santa Teresa de Jesús".
Fue realizado en 1918 para ser situado en la fachada de esta vivienda, cuya construcción finalizó este mismo año, bajo las directrices de Pablo Gutiérrez Moreno.
viernes, 25 de octubre de 2013
El Sagrado Corazón de Jesús, en la Calle Montevideo.
En la vivienda vecina a la que nos referíamos en el anterior post, el número 12, nos encontramos con este retablo cerámico colocado a gran altura. Es un retablo pintado a mano compuesto por treinta piezas de azulejos planos. Representa la imagen del Sagrado Corazón de Jesús enmarcado por una hornacina figurada de carácter arquitectónico y decorada con grutescos y guirnaldas. Sus medidas aproximadas son 80 centímetros por un metro diez.
Este retablo fue pintado por José Gómez y realizado en la fábrica de Manuel Corbato García en 1918. Fue concebido para el remate de la fachada, terminada en 1918 bajo la dirección de Pablo Gutiérrez Moreno.
jueves, 24 de octubre de 2013
San José en la Calle Montevideo.
La calle Montevideo se extiende entre la avenida de la Borbolla y la calle Diego de la Barrera, ya en el Barrio del Porvenir. Se caracteriza por su estrechez y trazado rectilíneo y la arboleda de acacias a lo largo de las aceras. Esta misma arboleda no permite distinguir con nitidez los múltiples azulejos apsotados en als fachadas de sus casas.
En el caso de hoy podemos ver un panel de azulejería compuesto por seis piezas y marco. Está pintado
en colores azul cobalto y blanco con marco en verde oscuro. Serepresenta la imagen de San José con el Niño Jesús en sus brazos y portando una vara de azucenas. Sus medidas aproximadas son 40 por 60 centímetros.
Este azulejo fue realizado por J. Gómez en 1918 para ser colocado en la fachada de esta vivienda, cuya construcción finalizó este mismo año. La casa fue encargada por J. Zambrano al arquitecto Pablo Gutiérrez Moreno.
miércoles, 23 de octubre de 2013
La Virgen de los Reyes de la Calle Rastro.
Sobre la fachada del número 2 de la Calle Rastro (frente a los Jardines de Murillo) nos encontramos, unavez más, un retablo cerámico dedicado a la Virgen de los Reyes, en este caso colocado por la Hermandad de Fieles de Nuestra Señora de los Reyes y San Fernando.
Fue realizado a principios del siglo XX por la fábrica Montero Asquith en Sevilla y pintado por P. P. Molina.
martes, 22 de octubre de 2013
El Oratorio de la Escuela de Cristo (4): el muro de la Epístola.
En el muro de la Epístola del oratorio nos encontramos con una hornacina con la imagen de la la Virgen de los Reyes. Durante los años 40 y 50 del siglo XX la devoción por la Virgen de los reyes, patrona de la Archidiócesis, vivió un gran auge gracias al Cardenal Pedro Segura y Sáez. Esto fue motivo de la realización de nuevas reproducciones de la talla de la Virgen original del siglo XIII.
En 1947 se funda el Instituto Obviam Christi para la formación de las vocaciones sacerdotales tardías, teniendo éste su sede durante unos años en el actual Oratorio de la Escuela de Cristo.
Este Instituto encarga al imaginero onubense Manuel Domínguez Rodríguez una réplica de la imagen de la Virgen que, cuando estuvo acabada, se dispuso en la sala de cabildos en un retablo de madera en su color.
Al cabo de los pocos años, el Instituto se marcha su nueva sede sita en la Calle Madre de Dios pero manifestaron su deseo de que se continuase la veneración de la Virgen en el Oratorio por lo que encargan una imagen de la misma al también artista onubense Sebastián Santos Rojas que es la que actualmente podemos ver en el oratorio pero ya no en la sala de cabildos sino en el segundo tramo del muro de la Epístola.
lunes, 21 de octubre de 2013
El Oratorio de la Escuela de Cristo (3): el muro del Evangelio.
El muro del Evangelio está descubierto a excepción del tramo más cercano al retablo mayor donde se exponen seis cuadros de santos y otro de mayor dimensión con el descendimiento del cuerpo de Cristo de la Cruz tras su muerte.
domingo, 20 de octubre de 2013
El Oratorio de la Escuela de Cristo (2): el Retablo Mayor.
A finales del siglo XVIII, se produjo en España una merma en la realización de retablos de madera dorada y policromada, así como un cambio de estética impuesta por nuevos Ilustrados que deseaban acabar con la corriente barroca a la que consideraban poco apropiada para la piedad católica al estar basada en el sentimentalismo y la fe, contrarias a la razón defendida por éstos.
Esta circunstancia se acentúa en el reinado de Carlos III cuando, en el año 1777, dicho rey envía una circular a los obispos de E spaña, en la que se dice que, de ese momento en adelante los nuevos retablos tenían que enviarse a la Academia de las Bellas artes de Sanfernando para su aprobación por los profesores, que los despojarían, si los hubiese, de adornos barrocos, o bien sustituían el proyecto por otro más de estética clásica.
Se prohibieron además la realización de retablos de madera, por considerarlos altamente combustibles, y en su lugar se habrían de hacer de mármol o piedra, materiales harto costosos.
Por ello, en 1785, el Canónigo de la Catedral de Ciudad Rodrigo, Ramón Pascual Diez, dicta un manual para la construcción de retablos en estuco jaspeado, que tendrían el mismo efecto que el mármol, pero serían mas barato para su ejecución.
Uno de los escasos ejemplos que han quedado en Sevilla de un retablo realizado en estuco policromado, es el retablo mayor de la Escuela de Cristo de la Natividad. Fue proyectado a finales del siglo XVIII por el arquitecto Fernando Rosales autor del proyecto entero del oratorio, y se ciñó a los parámetros del Neoclásico en los que primaba la austeridad, la sencillez y la pureza de líneas, cosa que encajaba perfectamente con el espíritu de la Escuela de Cristo, institución dedicada exclusivamente al culto interno basado en la meditación del Evangelio.
El retablo se dispone en el centro del presbiterio, y consta de banco y un sólo cuerpo que se articula con dos columnas dóricas jaspeadas en tonos grisáceos, las cuales sustentan un entablamento con triglifos dorados y metopas decoradas con a tributos de la Pasión: la columna y los flagelos, a la izquierda, la corona de espinas y los clavos, al centro y a la derecha, la caña con el hisopo y a lanza.
En el centro, entre las columnas, se dispone la escena del Calvario que tiene que presidir todas las Esc:uelas de Cristo. De rodillas y a los pies del Cristo de la Providencia, obra de Juan de Astorga que representa a Cristo muerto en la cruz, encontramos a la Virgen de la Misericordia.
Dicho conjunto se asienta sobre una peana ante la cual se dispone que, dentro de su austeridad aún conserva notas de barroquismo.
Tiene planta alabeada, jugando con las formas cóncavas y convexas. En las esquinas se situan dos columnas jónicas con el fuste verde y la basa y el capitel dorado que sostienen una una cornisa sobre la que se levanta la cúpula ; sobre ésta caen, a su vez, dos hojas de acanto dorado que sirven de candeleros. El sagrario se corona con las virtudes teologales: la Fe, sobre la cúpula, de pie, victorisa, con los ojos vendados, mostrando la cruz y el sacramento de la Eucarístía; la Esperanza a la derecha del contemplador, sentada sobre la esquina de un frontón mostrando el ancla; y la Caridad a la izquierda, también sentada sobre otra esquina del frontón, sosteniendo un niño pequeño con su brazo izquierdo, mientras el derecho está en actitud de otro pequeño que, en la actualidad está en paradero desconocido.
Todo el conjunto está realizado en madera policromada y estofada en oro con gran virtuosismo del anónimo autor.
Los estatutos de la Escuela dejan claro que los ejercicios que se realizan en la capilla deben estar siempre presididos por la escena del Calvario compuesto por el Crucificado y la virgen Dolorosa. Para tal fin, el hermano Cristóbal Ramos realiza la imagen de la Virgen, pero para el Crucificado se tomó otra ya existente: el Cristo del Calvario, de la Parroquia de San Ildefonso, cuya hermandad, compuesta por mulatos, en ese momento se encontraba disuelta.
Su última estación de penitencia fue en 1731 y a partir de ahí cesó su actividad y a mediados del siglo XVIII los pocos hermanos que quedan ceden sus imágenes a la Parroquia de San Ildefonso, es decir, el Crucificado del Calvario, una Dolorosa y una imagen del Ecce Homo. Los hermanos de la Santa Escuela llegan a un acuerdo con San Ildefonso por el cual se les cede la escultura del Crucificado para su veneración y, de este modo, lo instalan en el retablo mayor junto a la Virgen de la Misericordia.
Así permanece hasta el año 1818 cuando el párroco del citado templo, Don Matías de Espinosa, reclama su imagen para que se le dé culto en su antiguo emplazamiento, iniciándose un pleito que se zanja del siguiente modo: la Escuela debe devolver el Crucificado a San Ildefonso pero a cambio la parroquia queda obligada a un pago de 4000 reales para el encargo de una nueva imagen que sustituya a la anterior.
Recibida la compensación, Francisco Nicolás de la Barrera, en nombre de la Escuela, encarga a Juan de
Astorga un nuevo Cristo en la Cruz, dándosele un año para que lo realice y se le indica que "salga lo más dulce y sensible que sea dable, con la circunstancia de que el rostro goce bien desde el pavimento". Una vez esculpido fue encarnado por Juan de Ojeda y entregado en 1820.
Realmente la pieza es de suma belleza y serenidad acorde con el espíritu neoclásico.
La Virgen de la Misericordia se trata de una Virgen Dolorosa que preside, junto con el Crucificado de la Providencia, la Santa Escuela de Cristo, formando ambos la escena del Stabat Mater.
Se encuentra postrada de hinojos, juntando las manos en actitud de oración y a la vez súplica, alzando su rostro al cielo. Cubre su cabeza con un manto blanco; sobre el mismo, un manto azul con el filo estofado en oro. Se viste con túnica roja, también decorada siguiendo esta misma técnica. Tanto la cabeza como las manos están realizadas en terracota policromada, mentras que las vestiduras son telas encoladas.
La imagen, que mide 144 cm de altura, es del escultor sevillano Cristóbal Ramos. Fue la última obra del autor pues éste murió en 1799 y la imagen se estrenó un año después.
El retablo se corona con una reproducción del Nacimiento de Cristo, famosa pintura del sevillano Bartolomé Esteban Murillo, pasaje titular de esta Santa Escuela, con un marco dorado que, en su parte central superior, tiene una jarra de flores sobre la que cae hacia los lados una guirnalda. A izquierda y derecha del cuadro se disponen dos ángeles ceriferarios de gran tamaño, cada uno de ellos sosteniendo un candelabro.
A los lados del retablo se encuentran dos copias de los retratos de San Isidoro y San Leandro que Murillo realizó para la Sacristía Mayor de la Catedral de Sevilla, de los cuales sólo están los rostros mitrados de los Santos Arzobispos de la ciudad. Por último, en las esquinas se sitúan dos ángeles lampareros, realizados también en madera policromada y estofada en oro. Son la nota barroca a tan sobrio conjunto, puesto que aparecen volando, levantando la pierna izquierda con las alas desplegadas y los cabellos y ropas movidos por el viento. Indudablemente son del mismo taller pero no de la misma mano puesto que las facciones del izquierdo son mucho más delicadas y armoniosas que las del derecho.
*Información recogida de la web http://www.lahornacina.com/seleccionesescueladecristo.htm. Mi agradecimiento a su autor por informarnos con generosidad acerca de las joyas de este recinto tan poco conocido en Sevilla. Poco he modificado de su información original, no por pereza, sino por desconocimiento propio de esta información y mi temor a equivocar al lector con algún desliz que le llevara a la confusión. Para mayor información, les aconsejo que entren en esta magnífica web y se adentren en los pasillos de la historia del Oratorio de la Escuela de Cristo de la Natividad.
sábado, 19 de octubre de 2013
El Oratorio de la Escuela de Cristo (1): la entrada.
En el año 1791 se fundó la Santa Escuela de Cristo de la Natividad en el Convento Casa Grande de San Francisco de Sevilla. Los hermanos solían reunirse en la Sacristía de la Capilla de San Antonio de los Portugueses para meditar sobre los evangelios.
Este espacio pronto se hizo pequeño así que decidieron comprar un solar tras la Iglesia de los Menores, más conocida actualmente por Iglesia de la Santa Cruz con el fin de construir un oratorio.
El encargo recayó en Fernando Rosales, Maestro Mayor del Arzobispado de Sevilla desde 1795. Rosales presentó a la Escuela de Cristo dos proyectos distintos. Una vez realizada la elección se procedió rápidamente a las obras que duran desde 1796 a 1801 aunque desde 1798 hay oficios en el interior del recinto.
El oratorio responde a los cánones neoclasicistas atenuados por algún elemento de estilo barroco. Se trata de un edifico de planta rectangular con bóveda de cañón que se divide en tres tramos por pilastras adosadas que sostienen arcos de medio punto. Sobre las mismas cabalga un entablamento con triglifos y metopas lisas.
a los pies se eleva el coro, en el que podemos ver una copia de la Virgen de las Misericordias que está situada en el retablo mayor.
Al lado izquierdo del oratorio encontramos las diversas estancias auxiliares: sacristía junto al altar mayor, patio, sala capitular y sobre las mismas se sitúa la vivienda del capiller.
viernes, 18 de octubre de 2013
No hay vista más bella del Guadalquivir.
De frente se ven ir y venir las mansas aguas del Guadalquivir. Arriba, junto al campanario de la Giralda, tenemos estas vistas de nuestro río, donde hace siglos suracaban los galeones repletos de plata y oro y en la actualidad nos trae el maná de turistas en barcos de crucero.
jueves, 17 de octubre de 2013
La hermana pequeña.
Desde la Giralda también podemos apreciar la esbelta y rechoncha figura de la Torre del Oro. Los reflejos áureos de esta torre albarrana aún pueden adivinarse. Su especial mezcla de mortero, cal y paja prensada le dio, hace siglos, unos reflejos dorados sobre el rio que sirvió para que se le diera el nombre por el que la conocemos en la actualidad.
En las tardes de otoño podemos aún adivinar estos rayos dorados desde la lejanía catedralicia.
miércoles, 16 de octubre de 2013
Turistario.
Sevilla da para un tratado de turistas. Desde los que vienen por placer hasta los que se recorren el último rincón de nuestras iglesias mudéjares. Desde los que van de paso y permanecen sólo unas horas o pocos días hasta los que deciden quedarse entre nosotros. Desde el estudiante más humilde hasta el más jovial de los jubilados. A todos ellos vaya este merecido homenaje anónimo.
A todos, les estamos esperando.
martes, 15 de octubre de 2013
La capa pluvial de Carlos V.
Frente a la Capilla de los Evangelistas de la Catedral y muy cerca de la Puerta de los Palos nos encontramos con esta cristalera donde se expone la capa pluvial que el Emperador Carlos V de Alemanaia y I de España utilizó en su coronación en Aquisgrán el 23 de Octubre de 1520 como Emperador del Sacro Imperio Romano-Germánico heredado de su abuelo Maximiliano de Austria.
La capa pluvial es un ornamento de solemnidad sin atribución especial.
El nombre de pluvial le viene del uso que de ellas se hacía primitivamente fuera de la iglesia, en las procesiones para preservarse de la lluvia. Desde la parte superior hasta los extremos tiene una cenefa u orfre en donde se representan en la zona correspondiente al cuello unos ángeles y tres capilletas de estilo gótico con santos y santas en ambos laterales. Por la espalda cuelga al filo del orfre el capillo que está ricamente bordado y representa la Coronación de la Virgen por los Ángeles.
Esta pieza pertenece a la categoría de ornamentos de imaginería, y suele formar parte de un terno litúrgico. La capa pluvial en su ornamentación, se puede encuadrar en la época de transición del gótico al renacimiento. Esto se confirma por el tipo de capillas góticas y doseletes del orfre y por las indumentarias que visten los santos, así como por la técnica de los bordados. Sin embargo las retorchas o cenefas perimetrales y el tejido brocado del cuerpo son posteriores por lo que se puede considerar manierista o protobarroco.
lunes, 14 de octubre de 2013
domingo, 13 de octubre de 2013
sábado, 12 de octubre de 2013
La Exposición "60 años de Renault en España" (2).
En la exposición se pudieron ver motores y cajas de cambios fabricados por Renault durante los sesenta años, distinguiéndose los más simples y sencillos que corresponden a los modelos más antiguos, de los más modernos, ya más complejos en su fisionomía y funcionalidad.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)