De frente se ven ir y venir las mansas aguas del Guadalquivir. Arriba, junto al campanario de la Giralda, tenemos estas vistas de nuestro río, donde hace siglos suracaban los galeones repletos de plata y oro y en la actualidad nos trae el maná de turistas en barcos de crucero.
¿Acaso mentía el gran Silvio Fernández cuando decía que "Sevilla no tiene que demostrar que es la ciudad más bonita del mundo"? Así es Sevilla, un lugar que enamora por sus rincones únicos, piedras antiguas y cantes hondos que se mezclan entre históricos palacios reales y soleadas alamedas, una ciudad que se mece sobre las plateadas aguas del Guadalquivir y es acunada por un cielo tan luminosamente azul que merece escribirle los versos más bellos del mundo.
viernes, 18 de octubre de 2013
No hay vista más bella del Guadalquivir.
De frente se ven ir y venir las mansas aguas del Guadalquivir. Arriba, junto al campanario de la Giralda, tenemos estas vistas de nuestro río, donde hace siglos suracaban los galeones repletos de plata y oro y en la actualidad nos trae el maná de turistas en barcos de crucero.
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