miércoles, 9 de octubre de 2013

Iglesia de Santa María la Blanca (14): el Retablo de San Pedro en cátedra.



El retablo de la nave del Evangelio más cercano al presbiterio es el dedicado a San Pedro en Cátedra. Es de madera policromada y de pequeñas proporciones, mide: 5,75 metros por 3,45 m., incluyendo la mesa de altar. Consta de un banco y un cuerpo, flanqueado por estípites, con una hornacina central que alberga la imagen titular. Su cornisa se enrosca formando dos grandes volutas, que recogen el ático, donde hay un pequeño óleo sobre lienzo con el tema de la Adoración de los Reyes Magos.
n las entrecalles hay medallones en relieve con escenas alusivas a la Pesca milagrosa y al Arrepentimiento de San Pedro. El conjunto se remata con un pabellón de telas encoladas, que sostienen ángeles, más un querubín. También hay otros cuatro querubines en el arco que corona la figura sedente.
No está documentada la autoría del retablo. Podría ser obra de Manuel García de Santiago. Sus características son comunes a su obra documentada: único cuerpo en los de pequeño tamaño, con calle central destacada con hornacina, soportes de estípites y frontón mixtilíneo con volutas. De ser cierta esta hipótesis, sería su primera obra conocida.
La imagen de San Pedro, en su cátedra, mide: 83 centímetros de altura por 57 de ancho. Es de madera dorada y estofada, con tiara y llaves de plata. Es de autor anónimo y debe datar de la segunda mitad del siglo XVII. Salía procesionalmente el día del Corpus, con la Sacramental.


Para resumir su historia antes es obligado hablar previamente del lienzo de La Última Cena. Sabíamos que había sido pintado por Murillo en 1650 para la hermandad Sacramental de este templo, en cuyo altar fue colocado el 30 de noviembre de ese año. El cuadro se colocó en un retablo de la capilla Sacramental, ubicada en el templo primitivo en la cabecera, lado del Evangelio, donde en la actualidad se halla la capilla de San Juan Nepomuceno.
Esta capilla la compartían también las hermandades del Lavatorio y del Pópulo. Tras el estreno del nuevo templo en 1665, este reta­blo, junto con su Sagrario, se trasladó a la cabecera, lado de la Epístola, al lugar donde ahora se halla el retablo de San Pedro. En la antigua capilla Sacramental permanecieron las imágenes titulares de las otras cofradías.
El lienzo de Murillo se puso entonces coronando la talla del patriarca. Aquí permaneció este retablo hasta la década de 1740. En 1734 se había solicitado sustituirlo por otro, dedicado a San Pedro, cuya imagen titular no tenía retablo, por lo que la talla se ponía indistintamente en el altar mayor o en el de la Piedad. Al año siguiente se le pusieron nuevas la tiara motivo del estreno de la iglesia del Sagrario. Sin embargo la propuesta de cambio no se aceptó hasta 1743, y el nuevo retablo se estrenó en 1747.
En Cabildo de 8 de marzo de 1747 de la Hermandad de Sacerdotes de la cátedra de San Pedro, sita en este templo, se informa que el retablo estaba acabado, a falta de dorado, estrenándose el 11 de septiembre de ese año.

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