Una de las glorietas del Jardín de las Delicias nos representa una imagen muy maternal, a la diosa Venus con su hijo Eros. Desgraciadamente no podemos verle la cabeza a la diosa porque algún que otro desaprensivo se la rompió.
En la mitología romana, Venus era la diosa del amor. Afrodita para los griegos, hija de Júpiter y de Dione. Nacida de la espuma del mar de Chipre fecundado por los genitales de Urano, arrojado allí por su hijo Cronos (Saturno) después de haberlo castrado.
Como diosa del amor, el placer sexual y la belleza, tenía la perfección de su figura y la pureza de sus características, ella añadía un ademán inocente. En su dulce cara siempre tenía una sonrisa.
Solía tener distintos amantes y era codiciada por muchos otros. Fue la madre de Eros (Dioniso) y de otros héroes y deidades romanas.
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