En el lateral de la calle Alhóndiga se puede observar una cruz de forja que recuerda que en la plazuela existente frente a la iglesia se levantaba un cementerio.
Sevilla es una ciudad de cruces de hierro forjado.
Las hay de las llamadas parroquiales o demarcativas (atendiendo a la especial configuración de la feligresía sevillana. Es sabido que el arzobispo don Remondo, en torno a 1261 realizó la remodelación de la Iglesia sevillana convirtiendo 24 mezquitas de la ciudad en parroquias y, si bien los límites parroquiales estaban claros en algunos sitios, en otros ,sobre todo en la zona más despoblada, fue necesario la colocación de cruces que delimitaran administrativamente cada parroquia o collación).
Las hay de las denominadas devocionales, donde entrarían todas aquellas cruces que se erigieron originalmente para dar culto a la Santa Cruz y que, algunas de ellas, dieron origen a hermandades que regularon su culto.
Existe una serie de cruces que son especiales, ya que aparte de su función sagrada o funeraria, su erección o uso simbólico se aparta de lo puramente religioso
Pero quizás el grupo más numeroso sea el de las cruces que están relacionados con hitos funerarios, debido principalmente a la sacralización de los cementerios parroquiales (que no olvidemos estaban hasta el siglo XIX formando parte del entramado urbano) y a la terrible epidemia de peste que asoló Sevilla en 1649. La necesidad de abrir carneros obligó a sacralizar, así mismo, una serie de cementerios ocasionales para poder enterrar a la enorme cantidad de víctimas que dejó la epidemia. Curiosamente, algunas de esas cruces cuya función era exclusivamente la de señalar y sacralizar el cementerio ocasional, pasaron a ser cruces devocionales, con hermandad propia para darle culto. Haremos una distinción entre las cruces que presidieron los cementerios parroquiales, las de los cementerios improvisados por la peste de 1649 y aquellas cruces que se levantaron para conmemorar muertes violentas.
Entre las cruces funerarias de los cementerios parroquiales o conventuales merece la pena destacar la Cruz de Santa Catalina, una Cruz de hierro sobre pedestal que presidiría el cementerio parroquial. Actualmente se encuentra adosada a un muro exterior de la iglesia como podemos ver en la fotos.
Lo de las cruces bien merecería una serie
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