En el patio de entrada al Convento de la Paz podemos leer el azulejo de arriba contándonos la historia de un ladrón salvado por la Virgen. Este ladrón, huyendo de los alguaciles para no quedar preso, huyó a la Iglesia de Santa Marina, resguardándose en su torre. Allí encontró a la Virgen.
En la foto de abajo podemos ver la imagen de esta historia pintada en un fresco sobre la portada de la Iglesia de la Piedad.
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