lunes, 22 de enero de 2024

Exposición "Europa en los documentos del Archivo General de Indias" (1): Europa despierta al mundo.

 


El Archivo General de Indias, se fundó en 1785, a finales del siglo XVIII. Tiene su sede en un edificio de finales del siglo XVI y reúne documentos producidos desde finales del siglo XV hasta mediados del siglo XIX.

Se instauró con la idea de reunir en un único lugar todos los documentos de la administración española en América y Asia y así lograr una mejor gestión. Además, tenían la intención de utilizarlos para escribir una Historia de las Indias. Por normal que esto pueda parecer hoy en día, en su momento fue una postura rompedora en la manera de escribir la Historia. 

El Archivo General de Indias es, en realidad, un Archivo de Archivos. Cada uno de esos archivos tiene un productor y, de entre estos, hay tres que son los más relevantes: 

- El Consejo de Indias, que era un órgano colegiado que se fundó a principios del siglo XVI. En el siglo XVIII aparecieron las Secretarías de Estado, que fueron quitándole competencias a los Consejos, hasta que estos desaparecieron en 1834.

- La Casa de la Contratación, que se fundó en 1503 y desapareció en 1790. Fue una institución establecida en Sevilla que luego se mudó a Cádiz. Controlaba todo lo relativo al comercio y a los viajes a las Indias.

- Los Consulados de Comercio que fueron varios, en Sevilla y luego en Cádiz. Eran los gremios de los mercaderes que comerciaban con los territorios de Ultramar. Estaban encargados de organizar la actividad comercial. El edificio sede del Archivo General de Indias se construyó como Lonja de los Mercaderes y era la sede del Consulado.


El Archivo es conocido por su vocación americana. Pero la documentación que contiene es, literalmente, el nexo y la comunicación entre el Viejo y el Nuevo Mundo. Junto con personas y mercancías, estos documentos viajaban a través del Océano, conectando continentes.

Entre los siglos XV y XIX, otras potencias europeas tuvieron un notable impacto en Asia y América, en coalición o en competencia con España. Por eso, la presencia de Europa y de lo europeo en los fondos del Archivo General de Indias es mucho más relevante de lo que pudiera parecer.

Esta exposición muestra esta relación desde las perspectivas más variadas, pretendiendo dar cuenta de la importancia de lo europeo en América y, por lo tanto, de lo americano en Europa.

La exposición está dividida en cinco secciones. Nosotros vamos a dividirla también en cinco entradas que se corresponden con cada una de ellas. Comencemos con la primera.



EUROPA DESPIERTA AL MUNDO.

En el s. XV, Portugal se lanzó a la exploración del Océano Atlántico y las costas africanas. Poco después, Castilla hizo lo mismo, pero buscando una ruta alternativa hacia el oeste. El objetivo era el mismo: llegar a Asia para comerciar directamente con aquellos lugares. Había empezado la Era de los Descubrimientos, en la que enseguida participaron gentes de todos los rincones de Europa. 

Esto provocó grandes avances científicos y tecnológicos. Europa terminó conociendo el mundo entero y llevando su cultura a otros lugares. Pero también recibió productos comerciales, gentes y costumbres provenientes de sitios muy variados que se transformaron e integraron para formar parte de lo europeo. 

Aunque América pareció primero un obstáculo que impedía llegar a Asia, rápidamente los castellanos vieron que tenía interés en sí misma. Esto ayudó a fomentar la exploración y la navegación. A la vez, provocó nuevos conflictos entre los reinos europeos, que se solucionaron con acuerdos diplomáticos y, algunas veces, también con guerras. 

Para gobernar esos nuevos territorios la burocracia castellana se expandió y los documentos que esta producía para administrarlos, están hoy en parte en el Archivo General de indias.


1520. Sevilla (España). Portulano del Mediterráneo y de las costas atlánticas de Europa y África. Pergamino manuscrito e iluminado. Archivo General de Indias, Mapas y Planos, Europa y África, 125.


Este portulano fue elaborado por Juan Vespucci (c.1460-post. 1524), Piloto de la Casa de la Contratación. Es una de las más antiguas producciones basadas en el Padrón Real, la base cartográfica instituida en 1512 por la Monarquía Hispánica. Representa el momento en que el interés de la navegación europea está pasando al Atlántico, aunque aún muestra muchos rasgos medievales y propios de la navegación mediterránea. 

Una de las funciones de la Casa de la Contratación fue la creación y mantenimiento del Padrón Real. Era la recopilación de los conocimientos geográficos que se iban obteniendo de las exploraciones marítimas.


1522. Lista de tripulantes de la Armada enviada al descubrimiento de la Especiería.Archivo General de Indias, Contratación, 5090, L. 4, f. 42v y 43г.

La llegada de los europeos a América es un hecho importantísimo. Sin embargo, al principio, los castellanos lo vieron como un obstáculo en su ruta a Asia. En el Lejano Oriente se producían las especias, uno de los productos de lujo más cotizados en Europa. 

El proyecto que comenzó Colón en 1492, no se concluyó hasta que la Armada de la Especiería regresó a Sevilla. Esta expedición fue enviada por Carlos I de Castilla al mando del portugués Fernando de Magallanes, Partió de Sevilla en 1519 y retornó en 1522. Sólo regresó un barco, capitaneado por Juan Sebastián Elcano, quien dio así la Primera Vuelta al Mundo, Esta armada cumplió su objetivo de llegar a Asia navegando hacia el Oeste. 

En las paginas que se exponen aparecen los siguientes tripulantes:

Mestre Andrés, lombardero, natural del Bristol (Reino Unido). 
Juan Bautista, lombardero, natural de Monpeler (Montpellier, Francia). 
Guillermo Tanguy, natura de Lila de Groya (Lile de Groix, Francia). 
Francisco de Espinosa, marinero, natural de Brizuela (España). 
Ginés de Mafra, marinero, natural de Jerez (España). 
León Pancaldo, marinero, natural de Saona (Savona, Italia). 
Juan Genovés, marinero, natural de San Remo (Italia).
Francisco Piora, marinero, natural de Saona (Savona, Italia).
Martín Genovés, marinero natural de Cestre de Poniente (Sestri de Ponente, Italia). 
Antonio Hernández Colmenero, marinero, vecino de Huelva (España).
Antón Rodríguez, marinero, vecino de Huelva (España).
Baptista Genovés, marinero, vecino de Génova (Italia).
Bartolomé Sánchez, marinero, vecino de Huelva (España).
Tomás de Natín, marinero, vecino de Cestre de Poniente (Sestri de Ponente, Italia). 
Domingo de Urrutia, marinero, natural de Lequetio (Lequeitio, España).

Son sólo una pequeña parte de las 250 personas, aproximadamente, que participaron en esta expedición.


1494, septiembre, 5. Setúbal (Portugal). Tratado de Tordesillas. Edición facsímil. Archivo General de Indias, Patronato Real, 1, n° 6, r. 1.


La llegada de Colón a La Española (Isla de Santo Domingo) convirtió a la Corona de Castilla en una potencia naval y competidora directa del Reino de Portugal. Para evitar conflictos armados entre los dos reinos, cuyos reyes tenían lazos familiares, se firmó el llamado Tratado de Tordesillas (7 de junio de 1494). 

Este acuerdo diplomático estableció "una línea de polo a polo", es decir, un meridiano que, pasando 370 leguas al oeste de las islas Cabo Verde, dividía el mundo. La parte oriental sería portuguesa, mientras que la occidental correspondia a Castilla. 

Durante la Edad Moderna calcular la posición de un meridiano -longitud- con precisión era técnicamente imposible. Habría que esperar a finales del siglo XVIII y al desarrollo del cronometro marino para determinar la longitud con fiabilidad. 

Por eso la aplicación práctica del Tratado de Tordesillas fue difícil; generó numerosos desacuerdos, pero también asentó la costumbre de negociar las soluciones. 

El Tratado de Tordesillas es un acuerdo negociado por los delegados de los Reyes Católicos y los del Rey Juan Il de Portugal, en Tordesillas (Valladolid, España) que fue suscrito el 7 de junio de 1494. Posteriormente fue ratificado por dichos monarcas. El Tratado consiste en dos documentos, el que se conserva en el Archivo General de Indias es el ejemplar firmado por el Rey de Portugal y que fue entregado a la Corona de Castilla. Los Reyes de Castilla firmaron también su ejemplar, que entregaron a la Corona Portuguesa. Este se conserva hoy en día en el Arquivo Nacional da Torre do Tombo, en Lisboa.

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