viernes, 23 de noviembre de 2012

Glorieta de José María Izquierdo.



Si buscan en el Parque de María Luisa una glorieta pequeña y escondida entre el follaje de los árboles que la circundan esa es la Glorieta de José María Izquierdo, un rincón que si no fuera porque aparece en los mapas del parque, nadie sabría que está allí.
Y se preguntarán Ustedes, ¿Quién fue José María Izquierdo? Los que conozcan el Ateneo de Sevilla o la Cabalgata de Reyes Magos de Sevilla deben conocer la figura. Los que también hayan investigado sobra las figuras literarias e intelectuales de principios del siglo XX sevillano también tendrán una referencia clara. Para los demás aquí podemos leer unos esbozos de su vida que tanto sello dejó en nuestra ciudad.


José María Yzquierdo Martínez fue un escritor y humanista sevillano, nació el 19 de agosto de 1886 en la casa número 59 de la calle Castellar, la misma calle en la que había nacido a finales del siglo XVI el poeta Francisco de Rioja. 
Cursó la carrera de Derecho en la Universidad de Sevilla, en la que llegó a ser Profesor de Derecho Canónico. Pasó su corta vida muy entregado a la investigación jurídica, la creación literaria, la labor periodística y la participación en la vida cultural de Sevilla, a la que prestó notable impulso desde el Ateneo de la ciudad, institución a la que se dedicó con especial intensidad. 
Su labor intelectual estuvo vinculada a la mentalidad regeneracionista de principios del siglo XX y al andalucismo cultural desarrollado en la Sevilla de la época en torno a las revistas Bética y La Exposición, en un momento de eclosión de los ideales regionalistas.
Fue hombre de amplios y variados saberes culturales, muy entregado al estudio y muy señalado en los ambientes de la ciudad por su personalidad ensimismada y soñadora, por su melancólica tristeza, por el aire silente y enigmático de su talante y por su declarado amor por Sevilla, a la que, al decir de todos, entregó lo mejor de sí mismo. Fue sin duda uno de esos sevillanos finos, de profunda vida interior y escasa locuacidad. en la línea de Bécquer, de Cernuda, de Romero Murube, que nada tienen que ver con el falso estereotipo folklorista. 


Murió prematuramente en 1922, a la temprana edad de 36 años, dejando tras de sí un aura de misterio y un sentimiento de pérdida que contribuyeron poderosamente a su inmediata mitificación.
Es muy posible, sin embargo, que a la mayoría de los sevillanos el nombre de José María Izquierdo les suene más por sus actividades ateneístas y de modo especial por su destacado papel en la creación y organización de la Cabalgata de Reyes Magos.
En 1918, cuando se organiza la primera Cabalgata, él era Vicepresidente de la Casa, y a él se debe en buena medida la idea, el entusiasmo y el esfuerzo por sacar a la calle el desfile real, en cuya primera edición  Izquierdo representó al rey Gaspar.
Al paso de los años, la Cabalgata sevillano ha ido adquiriendo un esplendor y una proyección social impensable en aquellos primeros momentos. Y la figura de José María Izquierdo como "creador" de la misma ha ido acrecentando su significación mítica tal vez en injusto detrimento del papel que también correspondió a los restantes ateneístas que junto a él se comprometieron en el proyecto.
Sin duda la ilusión que puso en el empeño y sobre todo la proyección social y literaria de sus ideas y su muerte casi inmediata, cuando la Cabalgata estaba en sus comienzos, contribuyeron a personalizar en él la autoría del acontecimiento y a realzar su figura, que ha quedado en la historia de Sevilla como paradigma del amor por la ciudad y como artífice máximo de este gran cortejo de la víspera de Reyes. La fama suele ser generosa con los que mueren jóvenes. (Rogelio Reyes, Ateneo de Sevilla).


La Glorieta de José María Izquierdo está rodeada de arbustos y álamos negros. Junto a la columna central hay dos anaqueles donde, en teoría, deberían estar algunos ejemplares de su obra para quien quisiera leerla. 

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