Todos los años, llegado el día de hoy festividad de Todos los Santos y previo a la noche de Difuntos que da lugar a la festividad de Todos los Difuntos del día 2, se rememora la historia de Don Juan Tenorio, su vida jubilar y pendenciera y su subida a los cielos gracias al alma de Doña Inés tras su muerte a manos de sus enemigos.
Cobra mayor interés en nuestra ciudad porque en ella transcurre la obra maestra de José Zorrilla.
La situa la trama en distintos sitios de nuestra ciudad.
Teniendo en cuenta que la obra se escribió en 1545 podemos situar en el barrio de Santa Cruz la casa del Comendador de Calatrava, padre de Doña Inés en la Plaza de Doña Elvira; la antigua Calle del Chorro (actual Justino de Neve) donde se dice que nació un hidalgo "sin que nadie le aventajase en juegos, lid o en amores", en referencia a Tenorio; o la Hostería del laurel, en la Plaza de los Venerables; el Convento de Doña Inés en la Calle Calatrava; o el panteón de la familia Tenorio, extramuros, en la Avenida de la Palmera, por poner algunos ejemplos.
A pocos pasos de la Calle del Chorro podemos ver su imagen, en la plaza de los Refinadores, donde bajo su emblemática figura, en unas planchas de acero, podemos leer algunos versos de la obra de Zorrilla.
Pero Don Juan murió, en un punto de contrición, por la petición expresa de Doña Inés que se jugó su salvación celestial por salvar a Don Juan. eso ocurrió en la noche previa al Día de difuntos.
El Día de los Difuntos es el día designado en la Iglesia Católica Romana para la conmemoración de los difuntos fieles.
La celebración se basa en la doctrina de que las almas de los fieles que, al tiempo de morir no han sido limpiadas de pecados veniales, no pueden alcanzar la Visión de Dios, y que se les puede ayudar a alcanzarla por rezos y por el sacrificio de la misa.
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