El restaurante que la familia Becerra regenta en la Calle Gamazo es uno de los templos de la restauración y de la cocina andaluza en nuestra ciudad.
El escritor Arturo Pérez-Reverte es asiduo de sus mesas y de sus platos.
El autor, en el libro "El oro del Rey" de la serie del capitán Alatriste nos la refiere como lugar de confianza donde comer y beber.
Allí, cuenta esta obra literaria, acude una noche el capitán, acompañado don Francisco de Quevedo, Íñigo y Olmedilla, un contador real, para probar la carrillada de puerco.
Así decía el texto:
"Bajaba la voz, no sé si al mencionar el oro o a Dios. Los dos años largos transcurridos desde nuestra aventura con la Inquisición, cuando don Francisco de Quevedo rescató mi vida en pleno auto de fe a fuerza de picar espuelas, habían puesto un par de arrugas más en su frente. También tenía el aire cansado mientras daba vueltas a la inevitable jarra de vino, esta vez blanco y añejo de la Fuente del Maestre. El rayo de sol de la ventana iluminaba el pomo dorado de su espada, mi mano apoyada en la mesa, el perfil en contraluz del capitán Alatriste. La hostería de Enrique Becerra, famosa por su cordero a la miel y por el guiso de carrillada de puerco, estaba cerca de la mancebía del Compás de la Laguna, junto a la puerta del Arenal; y desde el piso alto podían verse, detrás de las murallas y la ropa blanca que las putas colgaban en la terraza para secarla al sol, los mástiles y los gallardetes de las galeras amarradas al otro lado del río, en la orilla de Triana."
El oro del Rey, capítulo 2 "Un asunto de espada".
Realmente el restaurante nació a finales de los años 70 del siglo pasado, razón por la cual el Restaurante de Becerra no pudo estar presente en las aventuras del Capitán a principios del siglo XVII. Es una licencia que Pérez-Reverte se toma para cumplimentar a sus amigos.
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