Estas joyas pertenecen a la época tartésica en el sur de España, entre el siglo VII y el II antes de Cristo. Lo podemos ver en el Museo Arqueológico. Una verdadera reliquia que apaereció de forma accidental. Esta es su historia.
La meseta del Aljarafe, a las afueras del barrio de Triana, tiene un conjunto de pequeñas elevaciones, también llamadas carambolos. Entre dos de estos cerros, el de San Juan de Aznalfarache y el de Santa Brígida, se encuentra situado El Carambolo. Este es, precisamente, el enclave de un fastuoso tesoro tartésico e importantes restos de cerámica.
El día 30 de septiembre de 1958, en los terrenos de la Real Sociedad de Tiro de Pichón de Sevilla, y en el curso de una ampliación para el torneo internacional que tuvo lugar el siguiente año, la azada del joven trabajador Alonso Hinojos del Pino descubrío un objeto metálico que había de ser el primero de los brazaletes de oro de 24 quilates.
El hallazgo se daba, una vez más, por casualidad: el arquitecto Medina Benjumea, momentos antes de marchar al aeropuerto, había mandado excavar 15 centímetros más en el terreno que se preparaba con objeto de que las ventanas del nuevo edificio no quedasen tan a ras del suelo. Sin tal resolución, la terraza se hubiera pavimentado con losas de cemento, y el tesoro y todo lo demás hubiera quedado oculto para siempre.
Los obreros que encontraron el brazalete siguieron excavando un poco más abajo, ya que a éste le faltaba un rosetón. Por fin encontraron un lebrillo con los bordes curvados que contenía el resto del magnífico tesoro.
En un principio pensaron que serían imitaciones de cobre de joyas antiguas, y las repartieron entre ellos. Finalmente, por miedo a ser descubiertos, resolvieron entregar las piezas a las autoridades.
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These jewels are from the tartesic epoch in the south of Spain, between the 7th century and the IInd B.C.. We can see it in the Archaeological Museum. A real relic that appeared in a accidental form. This one is the history.
The plateau of the Aljarafe, to the suburbs of Triana's neighborhood, has a set of small elevations, also called carambolos. Between two of these hills, it is found The Carambolo placed. East is, precisely, the enclave of a magnificent tartesic exchequer and important remains of ceramics.
On September 30, 1958, in the areas of the Royal Society of Shot to the Pigeon of Seville, and in the course of an extension for the international tilt that took place the following year, the hoe of the hard-working young man Alonso Hinojos del Pino discovered a metallic object that had to be the first one of the golden bracelets of 24 carats.
The find was given, once again, casually: the architect Medina Benjumea, moments before going to the airport, had given the orders to excavate 15 more centimeters in the area that was prepared in order that the windows of the new building were not staying so to evenness of the soil. Without such a resolution, the terrace had been paved by slabs of cement, and the exchequer and everything else had remained secret forever.
The workers who found the bracelet continued excavating a bit down below, since this one was lacking a rosette. Finally they found a big ceramic box with the curled edges that contained the rest of the magnificent exchequer.
About a beginning they thought that they would be imitations of copper of ancient jewels, and distributed them between them. Finally, for fear of being discovered, they resolved to deliver the pieces to the Royal Society of Shot to the Pigeon.
What a magnificent archeological find!
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