¿Acaso mentía el gran Silvio Fernández cuando decía que "Sevilla no tiene que demostrar que es la ciudad más bonita del mundo"? Así es Sevilla, un lugar que enamora por sus rincones únicos, piedras antiguas y cantes hondos que se mezclan entre históricos palacios reales y soleadas alamedas, una ciudad que se mece sobre las plateadas aguas del Guadalquivir y es acunada por un cielo tan luminosamente azul que merece escribirle los versos más bellos del mundo.
domingo, 19 de febrero de 2017
Un mosaico dedicado a Baco.
Afortunadamente, después de leer el libro de Manuel Jesús Roldán "La historia de Sevilla en 80 objetos" pude dar contenido a una foto que realicé hace algunos meses en el Museo Arqueológico de la ciudad.
Se trata de un mosaico de siete metros de largo y cuatro de ancho (o de alto según se entienda) dedicado al dios Baco y que fue encontrado en la antigua Astigi (Écija).
En él se reproduce el triunfo de Baco tras la conquista de la India. En él Baco va en un carro tirado por dos tigres (animal propio de la India), acompañado por un sátiro a su izquierda y por Ariadna, la hija de los reyes de Creta (Minos y Pasífae) quien había sido abandonada en la isla de Naxos por Teseo.
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