Tres religiones. Este lugar por tres veces santo ha sido punto de reunión y culto de musulmanes, judíos y cristianos para orar a cada uno de sus dioses. El edificio no es el mismo, como no podía ser de otra forma, que se construyó durante la ocupación almohade, sin embargo en las recientes excavaciones se han descubiertos restos de los que se puede deducir que no se destruyó por completo esta primera edificación, aprovechándose algunas de sus piezas para los futuros templos.
Tras la conquista de Sevilla por el Rey San Fernando, la mezquita pasó a ser sinagoga judía, pues Alfonso X mediante un privilegio cede en 1252 todas las mezquitas de la ciudad a la Iglesia a excepción de tres templos, los conocidos hoy como San Bartolomé, Santa Cruz y Santa María la Blanca que fueron cedidos a los judíos para sus cultos.
Sería en 1391, tras la matanza de judíos ordenada por el arcediano de Écija Ferrán Martínez, la sinagoga pasó a ser iglesia cristiana. Poco evolucionó el templo durante los siglos siguientes hasta que, en el siglo XVII, el párroco domingo Velázquez y el célebre canónigo de la Catedral Justino de Neve convencieron al Maestro Mayor Pedro Sánchez Falconete para que dispusiera un proyecto de ampliación del edificio (1642). Éste añadió la Capilla Bautismal, y la Capilla Sacramental (eliminó una taberna que allí había).
En 1651 se agrandó la espadaña de la fachada principal y en 1661 se decide la gran transformación de gran parte de la iglesia a cargo del también Maestro Mayor Juan González. Se derriba casi toda la iglesia excepto la capilla Mayor, se colocan las columnas, se construyen las tres bóvedas y la cúpula y se instala el coro a los pies del templo.
Murillo participó el algunas de las pinturas murales del templo. Los hermanos Borja se encargaron de las yeserías y los azulejos fueron elaborados por Diego de Sepúlveda .
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