El tercer retablo de la Iglesia de San Buenaventura es el que está dedicado a la Coronación de la Virgen y a Santa Gema Galgani. Es un magnífico altorelieve del siglo XVIII.
En él se ve a la Virgen recibiendo la corona de Reina de manos de Dios y su hijo Jesús. La estampa está rodeada de angeles.
Por lo que respecta a la santa italina Gema de Galgani, ésta se caracterizó no solo por su piedad, sino que destacó también por su amor a Cristo y la Eucaristía, y es sobre todo, una de las primeras mujeres estigmatizadas del siglo XX. Tres días a la semana, por al menos tres años, Gema mostraba estigmas en las manos y los pies, que luego desaparecían. También era famosa por sus visiones de su Ángel de la Guarda, a quien incluso una que otra vez le pedía que le llevase recados si estaba demasiado ocupada, generalmente enviando cartas al correo que iban destinadas a su director espiritual.
Muchacha de delicada salud, a los 20 años Gema se curó milagrosamente de una grave meningitis; ella atribuyó su curación a San Gabriel de la Dolorosa, entonces Venerable, a quien le había rezado fervorosamente mientras recibía tratamiento. Esa misma mala salud no permitió que fuese aceptada como religiosa Pasionista, pero igualmente recibe los honores correspondiente a la Orden y es especialmente popular entre sus adherentes.
Gema murió probablemente de tuberculosis en Lucca, el 11 de abril de 1903, a la edad de 25 años, y fue beatificada por el Papa Pío XI el 14 de mayo de 1933, en la Basílica de San Pedro. Canonizada por el Papa Pío XII en 1940, se convirtió así en la primera santa italiana del siglo XX. Sus restos mortales descansan en el Santuario Pasionista de su localidad, Luca (Italia), donde se congregan cada año miles de peregrinos.
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