En la avenida de la Constitución podemos ver, frente a la Catedral, una pequeña fachada del antiguo Colegio de San Miguel.
En ella, a media altura, podemos ver una placa en la que se recuerda al Maestro Eslava, un sacerdote de quién vamos a resumir su historia.
Don Miguel Hilarión Eslava y Elizondo, sacerdote, músico y compositor español, nació en el pueblo navarro de Burlada el 21 de octubre de 1.807 y falleció en Madrid el 23 de julio de 1.878.
En 1828, con sólo veintiún años de edad, ya obtiene por oposición (sin estar aún ordenado de presbítero) el cargo de maestro de capilla en la catedral de Burgo de Osma, pasando a desempeñar el mismo puesto en 1832 en la catedral de Sevilla, en cuya ciudad se ordenó sacerdote en 1833 y en la que ejerció sus funciones hasta 1847, año en que obtiene el cargo de maestro de capilla en la Capilla Real de Madrid.
En cuanto a la génesis de la obra, hay que decir que una de las obligaciones que asumió el joven Hilarión Eslava al tomar posesión de su plaza de maestro de capilla de la catedral de Sevilla en 1832, fue la de componer y estrenar un Miserere distinto cada dos años sobre los conocidos versículos penitenciales del Salmo 50 (según la numeración de la Biblia Vulgata), con objeto de ser interpretado en el propio recinto catedralicio durante los Oficios de Tinieblas de la Semana Santa para las noches del Miércoles Santo, Jueves Santo y Viernes Santo.
Por ello, cumpliendo dicho compromiso, para la Semana Santa de 1833 compuso Eslava su primer Miserere, escrito en la tonalidad de Do menor para orquesta, coro y cinco voces solistas (tenor, contratenor, barítono-bajo y dos niños tiples). Pero esta primera partitura no tuvo un particular éxito.
En 1835 le correspondía estrenar otro, que escribió para el mismo número de voces e instrumentación, y también en Do menor, que es la tonalidad dominante de la obra, muy adecuada a su carácter penitencial.
Dice la historia que, a pesar de sus discutibles valores musicales, la audición del Miserere de Eslava es casi un mito irrenunciable de la tradición sevillana dentro de los actos de Semana Santa.
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